Una Casa FirmeMuestra
Las muchas aguas
Es hermosa la frase que leemos en Cantares 8:7: “Las muchas aguas no podrán apagar el amor". La realidad es que esta expresión de amor encierra la lucha que vivimos los cristianos para permanecer en el Amado. De modo que es importante que nos preguntemos: ¿Qué son las muchas aguas?
Al reflexionar e ir más allá de las palabras, podemos deducir que se trata de elementos negativos que se unen contra nosotros con el fin expreso de apagar el amor. Lo bello del verso de Cantares es que es una expresión de fe que le dice a las muchas aguas: “No podrán”, queriendo decir que jamás lograrán su objetivo.
La duda, el temor, las preocupaciones, la ansiedad comienzan como suaves corrientes de agua que poco a poco, si las dejamos, van convirtiéndose en muchas aguas que procuran anegar nuestra fe. Recordemos las aguas y el viento contra la casa de la que Jesús habló. David, el rey de Israel, tuvo momentos en su vida en los que se sintió así y clamó: “Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado, hasta el alma" Sal. 69:1.
Todas aquellas cosas que quieren apagar nuestro amor a Dios, son nuestros enemigos, cosas contra las que batallamos. Se levantan contra nosotros con toda la mala intención del mundo, soplando con fuerza para apagar, si pudieran, la relación preciosa que tenemos con Jesús.
Cuando el salmista dijo que las aguas habían entrado hasta su alma, estaba expresando la lucha interna tan fuerte que estaba experimentando. Con razón se titula ese salmo: “Un grito de angustia”, su situación era tan difícil que se sentía sin fuerzas y con toda su alma exclamó: “Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido, han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios”. Las muchas aguas habían entrado hasta el alma.
¿Qué nos enseña la experiencia de David? Él sabía que solo Dios podía librarle de las muchas aguas. Su salvación solo podía venir de Dios. Levantar al Señor su clamor y esperar en Él era su salida. Nunca las muchas aguas que intentaron apagar el amor de David por su Dios lo pudieron lograr. David sabía que Dios estaba con él por eso pudo exclamar: “Tu salvación, oh Dios, me ponga en alto. Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, lo exaltaré con alabanza” Sal. 69:29-30.
Las muchas aguas llegarán de tiempo en tiempo, hay un amor vencedor que quieren apagar. Pero la promesa de Dios para nosotros es que Él está presente en medio de todos nuestros tiempos y circunstancias. “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos no te anegarán" Is. 43:2.
Dios está con nosotros, el Vencedor, el Todopoderoso, el Gran Yo Soy. El Señor nos ha prometido Su paz, Él es quien pelea nuestras batallas, quien nos amó primero, quien nos ha puesto como un sello sobre Su corazón. David luchó contra las muchas aguas pero estas no pudieron apagar su amor. Él conocía muy bien al Dios de su salvación. Qué hermoso y alentador escucharlo decir:
“Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo” Sal. 18:16-17.
Acerca de este Plan
En la vida surgen situaciones difíciles que no esperamos y que debemos enfrentar. Para algunas personas es más llevadera la lucha que para otras y aun cuando no es fácil, pueden hacerle frente al tiempo borrascoso por el firme cimiento que hay bajo sus pies. Les invito a que nos acerquemos al Maestro para que nos recuerde Su consejo de cómo podemos tener una casa firme.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa