Fuerzas para Concebir Tu MilagroMuestra

Yo creo en milagros, y los he visto muchas veces en mi vida familiar y ministerial; pero también admiro a la especialista en esperar por años su milagro: nuestra querida y distinguida Sara. Recorramos juntas su vida, y veremos sus altas y bajas; acompañados de días de fe y confianza, y también días donde la duda y el temor tocaron las puertas de su corazón.

Abraham y Sara habían esperado por 10 años en la tierra de Canaán, donde habían llegado con muchos sueños y planes; pero cada año se veía más lejos la llegada de su milagro. Todos en algún momento de nuestras vidas hemos estado en la espera que muchas veces desespera ¿Cuántas veces, en esa espera, nos llegan sentimientos de culpa? y pensamientos como “¿Será que no tengo fe? ¿Estoy haciendo algo mal?”. Pero debemos entender que nuestro Padre no está sordo ni indiferente; sino que sus planes son mejores y mayores de lo que pensamos o imaginamos.

Una de las cosas más importantes, en este proceso de espera, es fortalecer nuestra confianza en Dios. Sabemos que la confianza en Dios es más que una emoción, es la decisión de seguir creyendo que, aunque tus ojos no estén viendo lo que has soñado, sin duda llegará. La confianza en Dios es el motor que hace que sigamos perseverando hasta que alcancemos lo prometido. Esa confianza en Dios no significa que no habrá momentos de temor donde no veamos ningún cambio significativo, como lo vivieron Abraham y Sara; pero ellos mantuvieron la certeza y hablaron de las cosas como si ya existieran. Por esa razón, espera con esa seguridad, porque la confianza en Dios tiene una gran recompensa.