Lisa Choi ignoró los primeros síntomas. Después de todo, esta analista empresarial, de 53 años, era muy activa. Estaba en buen estado físico, conducía su bicicleta con frecuencia, era vegetariana y evitaba la comida chatarra. Estaba lejos de ser la típica víctima de un infarto cardíaco.

Sin embargo, Choi, trabajaba 60 horas a la semana, incluyendo noches y fines de semana. Esa carga laboral era completamente normal para ella. "Tengo un trabajo realmente de mucho estrés. Por lo general voy a toda máquina", dice. Pero empezó a sentir un peso fuerte en el pecho, manifestando síntomas con mayor seriedad. En el hospital detectaron que tenía un desgarro en una arteria. Es decir, un problema en su corazón que en particular afecta a las mujeres y a las personas menores de 50, algo que no muchos le prestan la atención debida.

Como Choi, muchas personas también están enfrentando un deterioro en su salud debido a sus intensos horarios de trabajo.

¿Por qué es necesario descansar?

Así como es importante trabajar para suplir nuestras necesidades, también debemos descansar para poder disfrutar de lo que tenemos o, mejor dicho, de lo que Dios nos da y principalmente con nuestra familia, y ser ejemplo a quienes nos rodean.

Además, con el descanso glorificamos a nuestro Dios, no solo con nuestra vida espiritual sino también con lo material.

1. ¿Qué hábitos tiene Lisa Cho?
2. ¿Qué la enfermó?
3. ¿En qué situación está usted actualmente?
4. ¿Cuándo fue la última vez que disfrutó de su trabajo?
5. ¿Cuándo descansó a conciencia?

Piense en el tiempo que le dedica a su trabajo con relación a su vida personal, familiar y, sobre todo, espiritual. ¿Qué tiempo separa para Dios?

Cuando lo haga se fijará si usted tiene un puño de descanso o dos de trabajo, tal como menciona el rey Salomón en su reflexión de Eclesiastés 4:6.

Éxodo 18:13-27 describe cómo Moisés trabajaba sin descanso y se estaba agotando en extremo hasta que su suegro Jetro le dijo que delegara funciones. Y así lo hizo Moisés. Haga lo mismo, delegue funciones.