Una Lista de Reproducción de AdvientoMuestra

¡Oh, venid, fieles todos!

Sí, Señor, te saludamos, nacido esta feliz mañana;

Jesús, a ti sea dada toda la gloria,

Palabra del Padre, ahora encarnado.

Oh, venid adoremos, a Cristo el Señor.

"En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra", dice San Juan en el prólogo de su Evangelio (Juan 1:1). ¡Y qué poderosa Palabra es Él! Las palabras comunican información importante. Jesús vino en persona a revelar al verdadero Dios a la humanidad: un Dios que es bondadoso, sabio, omnipotente y que ama a las personas.

Cuando Satanás se revela a sí mismo, cuando él y sus demonios toman posesión de un ser humano, lo abusan y lo destruyen. La humilde presencia de Jesús en Su pequeño pesebre es un anticipo de su humildad en la cruz, la poderosa obra a través de la cual la ira de Dios fue desviada de nosotros hacia sí mismo, y a través de la cual el favor de Dios fue desviado de Él hacia nosotros. Por la fe, todos los fieles, pueden experimentar este asombroso intercambio: le das a Cristo todos tus pecados y Él te da el perdón del Padre.

¡Qué podemos decir en respuesta a esto, sino gloria a Dios en las alturas! ¿Qué podemos hacer sino adorarlo?¡Oh, venid adoremos, a Cristo el Señor!