¿Te sientes ordinario?Muestra

Ordinario es como Dios obra ordinariamente

Apuesto a que te encantaría hacer algunos cambios extraordinarios en tu vida. Tal vez para amar incondicionalmente a las personas de tu familia, incluso a ese hermano que nunca está de acuerdo contigo. O tal vez quieres confiar tanto en Dios que te aferras a tu paz sin importar lo que pase. El tipo de fe que le dice a la enfermedad, al cáncer o al último desastre político: "Dios sabe de esto. Dios tiene el control de esto. Estoy bien". O tal vez quieras poner a Dios primero en tu presupuesto por primera vez. O perdona a quien abusó de ti hace tantos años. O sé lo suficientemente valiente como para compartir tu fe con un viejo amigo. ¡Todos estos son actos extraordinarios de fe!

Pero, ¿sabes cómo Dios tiende a hacer cosas extraordinarias en nuestras vidas? A través de cosas ordinarias. Como ir a la iglesia. Como orar cuidadosamente el Padre Nuestro. Como leer (y pensar verdaderamente) un devocional diariamente. Como hacer buenas preguntas y escuchar las respuestas de las personas. Así como el árbol más alto se volvió extraordinario a través de miles de días ordinarios y cientos de lluvias ordinarias, a Dios le encanta usar hábitos simples y fáciles de pasar por alto para moldearnos en personas semejantes a Cristo.

"[El reino de Dios] Puede compararse con el grano de mostaza, que al sembrarlo en la tierra es la más pequeña de todas las semillas, pero que después de sembrada crece hasta convertirse en la más grande de todas las plantas, y echa ramas tan grandes que aun las aves pueden poner su nido bajo su sombra»" (Marcos 4:31,32).

Así que no te pierdas el poder de lo ordinario. Ordinario es cómo Dios obra ordinariamente.