30daysofbiblelettering La 4ª Ronda - Devocional Muestra

Ya no habrá muerte.
Apocalipsis 21:4 NVI

¿Cuándo fue la última vez que te detuviste a pensar en la realidad de la muerte?

No es algo que disfrutamos pensar, y por buenas razones. Es una tragedia, una separación, un abandono, una ausencia - marca todo lo que está mal con nuestro mundo y saca a la superficie todas las emociones más oscuras de las que somos capaces. Y es una realidad que todos compartimos. Como nos recuerda Romanos en el capítulo 5: "El pecado vino al mundo por un solo hombre y la muerte a través del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos somos pecadores". Vemos claramente la tragedia del pecado en el dolor y la pena que acompaña a la muerte. Sentimos la injusticia que hay en ella, como portadores de la imagen de un eterno Dios de Vida. Cada vez que encontramos la muerte en nuestras vidas, nuestras almas resuenan con el grito: "¡así no es como debía ser!"

Pero, creyente, no es aquí donde dejamos de pensar en la muerte. Incluso cuando hacemos eco de las palabras de Pablo en Romanos 7:24: "¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? "- la respuesta es veloz y venerable:" ¡Gracias a Dios por Jesucristo nuestro Señor! "

Porque tenemos un Salvador que tomó nuestra muerte para que conozcamos la verdadera vida; Un rey perfecto que sacrificó su trono, su interminable comunión y gozo incesante, para entrar en el tiempo y sufrir todo lo que nuestro pecado había forjado y luego levantarse triunfante de la tumba; Un Cordero sin mancha para cargar con nuestro más terrible castigo por nuestros más terribles crímenes; Un glorioso Redentor, que conoce nuestra vergüenza y nos da su valor y su vida: una vida que nunca merecíamos, pero que ahora llena nuestra existencia con esperanza y fuerza para afrontar nuestros dolores, nuestras penas, y -si- aun la muerte.

Este es el misterio en torno al cual gira toda nuestra fe. Este es el punto crucial de las buenas noticias que compartimos. Y es este glorioso versículo de Apocalipsis que ancla nuestra fe, señalándonos un día de esperanza final cuando nuestro duelo, nuestro llanto, nuestro dolor - toda nuestra oscuridad y miseria anteriores, todas las picaduras y moretones en nuestras almas- morirán. Podremos conocer una muerte terrenal antes de ese día, pero en ese día, la muerte ya no existirá más.

Así que piensa en la muerte, y cuando lo hagas, recuerda la gracia de Cristo, el amor del Padre y el poder del Espíritu que nos guiará hasta el último día "irreprensibles ante la presencia de su gloria" (Judas 29).

por @dandrawnwords