¿En serio?Muestra

Has visto antes la familia perfecta de televisión que absolutamente no existe. ¿Pero qué pasaría si realmente existiera? ¡Dios tiene un plan para tu familia, que con Él en el centro de todo, es infalible!

Ser parte de la familia de Dios se trata de experimentar el amor incondicional y la misericordia de nuestro Padre en medio de un mundo que nos abandonará si no nos identificamos con sus estándares.

Se trata de confiar en Él para que nos provea, nos cuide y nos escuche cuando oramos. Podemos clamar a Dios y saber que Su presencia, el Espíritu Santo, está con nosotros.

¡Porque somos Sus hijos y le pertenecemos, Dios nos ha hecho herederos y ciudadanos del cielo! Pero, ¿qué significa esto?

Ser heredero de Dios significa que Dios nos ve como Su posesión más preciada, y tenemos acceso a Dios y a la eternidad con Él. Ser ciudadano del cielo significa que somos fieles a Jesús por encima de todo y reconocemos que nuestro verdadero hogar está en el cielo.

Cuando los reinos de la tierra fallen o caigan, el Reino de Dios nunca terminará. Dios nos muestra que le pertenecemos: es nuestro Padre Amoroso, y nuestro último lugar de pertenencia es con Él para siempre.

Considera:

En Efesios 1:4-7, ¿cómo abrió Dios el camino para que le pertenezcamos a Él y a Su familia?

Reflexiona:

¿Cómo afecta el pensar en la eternidad la forma en que vemos nuestra identidad, las luchas actuales y la esperanza para el futuro?