A Través del AmorMuestra

Seamos personas bondadosas

Dios desea ser bueno. Siempre lo ha sido. Querer hacer cosas buenas para nosotros está en Su naturaleza.

Él nos enseña Su bondad a través de Su Hijo. Dios nos perdió por el pecado de Adán, y envió a Jesús para redimirnos, es decir, para comprarnos de nuevo. Por Su bondad y misericordia, Dios pagó el precio de nuestro pecado, no con oro o plata, sino con la sangre de Jesucristo, lo único suficientemente digno. Nos regaló una vida nueva, y así conocemos que Él es bondadoso.

Sin embargo, como humanos solemos pensar que los regalos se muestran en cosas materiales, y nos olvidamos que hay otras formas en las que Dios demuestra Su bondad. No solo se trata de aquello que pensamos nos hará bien o que le podemos sacar provecho, sino que Dios busca que Su bondad impacte de tal manera a toda persona, que pueda estar firme en que Dios es bueno.

La bondad se entrelaza con otras cualidades como la empatía, el afecto, la amabilidad y la generosidad. Los actos de bondad entre los seres humanos tienen el poder de ayudar a salir de un aprieto, dar ánimo o dar consuelo. Ayudan a fortalecer los lazos de familia y amistad, y brindan relaciones duraderas.

En la familia tuvimos una etapa de crisis económica que sentíamos interminable, pero recuerdo cuando una pareja de amigos, al enterarse de nuestra necesidad, vinieron a casa y nos entregaron un sobre con dinero. Recibimos su afecto y empatía a través de su acto de generosidad y nos permitió ver la bondad de Cristo hacia nuestra necesidad usándolos a ellos.

En esencia, ellos mostraron un buen corazón y, cuando recuerdo su bondad, la vuelvo a vivir, como un elemento que me sostiene en medio de las experiencias de la vida diaria.

En Santiago 1 encontramos que “toda dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto”. Como creyentes, debemos enseñar y entrenar a nuestro corazón a desbordar esa bondad que proviene de Dios. Seamos bondadosos porque Cristo lo fue con nosotros. Aunque puede ser difícil comprender la grandeza de la misericordia del Señor Jesús, su bondad nos ayuda a testificar del Padre Celestial, del Dios que nos ama. Por eso hoy te reto a testificar de la bondad de Dios al darte permiso de ser compasivo y mostrar la bondad que puede nacer de tu corazón como hijo de Dios.