Más Que VencedoresMuestra

"DÍA 1"

Ser un vencedor en la dimensión natural es ganar una competición o lucha, pero si estás aquí, es porque formas parte de aquellos que deseamos más de Dios, y para nosotros significa mucho más.
¿Por qué? Bueno, porque ser vencedor va mucho más allá; significa aceptar, reconocer y
comprender la victoria absoluta de Cristo en la cruz brillando a través de nuestras vidas; lo que
se convierte para nosotros en un camino lleno de victoria, donde abrazamos un propósito que nos ha sido revelado por el Padre, con los ojos puestos en la meta de un día ver a Jesús cara a cara.

Y es así, como las pruebas se convierten en más que algo para destruirnos, porque Dios las usa para hacernos crecer y que alcancemos todo lo que hemos sido llamados a alcanzar, y aunque parezca difícil, ya tenemos una promesa de que al final veremos la victoria, aun cuando las
emociones son conmovidas por el mundo natural y todo lo que pueda influir en nosotros quiera
distraernos del enfoque que el Espíritu Santo nos ha revelado.

Caminamos entonces con una hermosa verdad en nuestros corazones, no estamos solos, no seremos destruidos, sino que ¡Seremos más que vencedores!
Pero para que esto ocurra, para que lleguemos a esta victoria total es necesario aprender a estar en el espíritu y reaccionar ante las pruebas e influencias que mencionamos anteriormente como Hijos de Dios, sabiendo que nuestro padre tiene el control y que es Él quien nos entrega la
armadura para la batalla y recibamos la victoria en su nombre, como verdaderos seguidores del Dios vivo, que promete y cumple.

Más que vencedores, es entonces una promesa del cielo que significa victoria tras victoria en cada prueba, conociendo y entendiendo que las pruebas y/o luchas pueden ser grandes, pero que Dios quién nos ha enviado ya nos ha coronado ganadores.

No es para que tomemos la promesa equivocadamente, como si nunca fuéramos a caer o tener problemas, porque no es así lo que está prometiéndonos Dios, por algo Jesús dijo que tendríamos aflicciones, pero que él ya ha vencido al mundo. La situación es que necesitamos un encuentro en nuestro camino como peregrinos en debilidades, errores, padecimientos y engaños, decepciones, desilusiones, depresiones, ansiedades, angustias, tristezas, y una lista enorme que pruebas que son las que formaran el carácter que necesita un vencedor para tomar la victoria y permanecer firme hasta el final.

A lo largo de esta semana descubriremos cómo La Palabra nos enseña a ser más que vencedores en medio de cada dificultad que se nos presenta.

Bendiciones :)