CÓMO VIVIMOS: Un juicio fructífero

“En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron. Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job, y han visto lo que al final le dio el Señor. Es que el Señor es muy compasivo y misericordioso" (Santiago 5:11).

En su capítulo final, Santiago insta a sus lectores a ser pacientes y firmes en medio de las pruebas (Santiago 5:7-11). Así es como también comenzó la carta: con un llamado a elegir el gozo a pesar de las dificultades presentes (1:2). En la introducción también explicó por qué esta es una buena decisión: porque estos tiempos ponen a prueba su fe, que produce perseverancia en el camino accidentado hacia la vida.Y la perseverancia es la única ruta para llegar a ser maduros y completos, sin que les falte nada (Santiago 1:3-4).

La palabra traducida como "maduro" en Santiago 1:4 es la palabra griega "teleios", que a veces se traduce como "perfecto"; y "completo" es la palabra griega "holoklēros", que puede ser traducida como “entero".

Para Santiago, lo opuesto a aquel que es maduro y completo (o perfecto y entero) es aquel que tiene una mente dividida (Santiago 1:8; 4:8). En lugar de ser íntegros, los de mente doble están divididos. En lugar de ser maduros, están fracturados e inestables. Al igual que la visión doble distorsiona la percepción de la realidad de una persona, la mentalidad doble distorsiona la capacidad de un creyente para vivir con enfoque singular, consistente con la verdad de su identidad en Cristo.

Por esta razón, recibimos pruebas de diversas índoles con pura alegría. Porque la alegría nos permite perseverar a través de ellas y nos ayuda a reconocer que así es como crecemos en madurez y comenzamos a parecernos más a Cristo.