Atrapados juntosMuestra

La razón que nos permite perdonar a los demás es el ejemplo supremo que tenemos del perdón de Dios. Al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, Dios nos ofreció el máximo perdón.
La muerte y resurrección de Jesús hizo posible que las cosas que estaban mal ahora estén bien. ¡Es algo asombroso! Entonces, ¿qué hacemos por ese tipo de perdón? Podemos aceptarlo para nosotros mismos y ofrecerlo a los demás cuando lo necesiten. En otras palabras, gracias a Jesús, hemos sido perdonados y somos capaces de perdonar a quienes nos hayan herido o decepcionado (¡incluso a los de nuestra familia!).

Hoy, dale gracias a Dios por ese perdón en tu vida. Luego, pide su ayuda para mostrar ese mismo perdón a tus amigos, familiares y otras personas en tu vida cuando lo necesiten.