Disfruta Los Milagros De DiosMuestra
"Disfruta los milagros de Dios"
Desde que recibimos el maravilloso milagro de la salvación por medio de Jesucristo, desde que fuimos adoptados en la familia de Dios; hemos tenido la certeza de la manifestación de su poder a través de los diferentes milagros que se encuentran revelados en las Sagradas Escrituras; además, de los milagros que ha hecho y sigue haciendo en nosotros.
En este plan serán descritos algunos milagros de los que no todas las veces somos conscientes; así, podremos afianzarnos en la gracia abundante con la que nos ha abrazado nuestro Padre y de la que podemos gozarnos día a día sin importar las circunstancias que pasamos.
La manifestación del poder de Dios en favor nuestro, ha sido sorprendente; es innumerable la cantidad de milagros de los que hoy podemos gozarnos gracias a su favor y su amor. Confío que a medida que vayamos abordando cada uno de los milagros contenidos en este plan, nuestra fe se fortalezca y podamos incluso reconocer muchos otros milagros que con seguridad recibimos a diario por la gracia que nos cubre. Podremos entender que a veces dejamos pasar por alto milagros de los que incluso disfrutamos; a veces pedimos señales y demostraciones del poder de Dios sobre nuestra vida, cuando diariamente somos beneficiados por su favor y bondad de maneras sobrenaturales.
Que el Espíritu de Dios avive nuestro espíritu para que podamos ver con claridad la manifestación de su poder en nuestra vida; que en la sobrenaturalidad del amor del Padre, podamos gozar y disfrutar con convicción de sus milagros.
Empecemos entonces con el primer milagro que voy a mencionar y al que voy a denominar "La Cita Divina":
Tengo la certeza de que no hay nada que podamos hacer para agradar a nuestro Padre, en nuestras propias fuerzas; y por eso la cita divina, es un milagro que me produce sumo gozo.
El hecho de que nuestro Padre nos llame con el anhelo de que conversemos con Él, antes de que raye el alba, durante el día y en la noche; despertando en nosotros la llama de la dependencia que tenemos hacia Él, es un regalo sobrenatural en el que encontramos pleno deleite.
Podríamos poner el reloj despertador para que despertemos a determinada hora cada día, con el propósito de que antes de que raye el alba podamos acudir a la cita divina para estar en comunión con nuestro Padre y con nuestro Amado Jesús. Sin embargo, el hecho de que sea el Padre, quien nos despierte y nos dé la fuerza para levantarnos porque quiere hablar con nosotros, es un milagro indescriptible, una cita divina a la que no podemos resistirnos. "La magnitud de la gracia que he recibido por Jesús, es tan abundante, que el Padre en su magnifecencia establece el tiempo propicio para que conversemos en lo secreto; haciéndome saber que le importo y que le resulta interesante escucharme. Cuánta gracia, el Omnipotente deseando conversar con alguien tan insignificante".
El milagro de poder ser sensibles a su llamado, de tener su poder para poder tener la fuerza de levantarnos; no importa la hora, un día puede ser en la madrugada, otro día antes de la madrugada, otro día después, etc., en fin; no podemos encasillar a nuestro Padre. Lo hermoso y lo milagroso, es poder despertar y levantarnos para acudir a nuestra cita divina, para intimar con Él y con su Hijo Jesús, como primer milagro del que disfrutamos antes de iniciar nuestro día a día. Un regalo invaluable del que es inevitable gozarnos y que por supuesto trae gran beneficio en nuestro favor. El que crezca en nosotros el deseo por la presencia de nuestro Padre, y por Jesús, nuestro Redentor; es un milagro maravilloso, una obra perfecta y manifiesta en nosotros por el poder del Espíritu.
El hecho de que su bondad despierte en nosotros el anhelo de escucharlo y de ser escuchados por Él; un anhelo que no se apaga, que no se sacia, porque mientras más nos habla más queremos estar con Él, es un regalo sobrenatural que solo por su gracia podemos disfrutar. No es en nuestra fuerza, es por su Espiritu que aviva nuestro espíritu y hace que en nosotros crezca la sed y el hambre por su presencia, y la dependencia que tenemos de Él, para que cada paso que vayamos a dar sea dirigido por su Espíritu.
Bendito milagro, el que podamos ser sensibles a la voz del Eterno, deleitarnos en su presencia; que podamos escucharlo, que podamos hablarle y que anhelemos obedecerlo... sobrenatural.
Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor» (Salmo 27:8 NTV).
Te invito para que día a día y en todo tiempo, no faltes a tu cita divina; a esa conversación especial con nuestro Padre y con su Hijo Jesús, es el milagro más maravilloso en el que puedes deleitarte con sumo gozo. Pídele que te llame temprano, que te despierte cada día o coloca tu reloj despertador. De igual forma, Él hará lo suyo, porque con reloj o sin él, solo en la fuerza de su Espíritu podrás buscarlo y atender a su llamado.
Acerca de este Plan
En las Escrituras encontramos la manifestación del poder de Dios, a través de una gran cantidad de milagros que testifican de su gandeza. Como sus hijos, somos privilegiados al experimentar su poder en nuestra vida a través de cada uno de esos milagros revelados en la Palabra; milagros de los que podemos seguir disfrutando por la gracia que recibimos a través del maravilloso milagro de la obra redentora de Jesucristo.
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/confiadosenJesucristo