Coordenadas- Dándole Dirección a Tu VidaMuestra

¿Has experimentado alguna vez momentos de duda en tu caminar de fe? ¿Te has encontrado dividido/a entre confiar plenamente en Dios y permitir que la incertidumbre te arrastre de un lado a otro?

Cuando nuestra fe se pone a prueba, es esencial tener una confianza inquebrantable en Dios. Nuestra fe debe estar arraigada en Él, firme y sin vacilaciones. La duda, por otro lado, puede debilitar nuestra conexión con Dios y socavar nuestra estabilidad espiritual.

Imagina por un momento una ola del mar, impulsada por el viento de la duda. Esta ola se mueve constantemente de un lado a otro, sin un rumbo definido, sin encontrar un punto de apoyo. De manera similar, cuando permitimos que la duda se infiltre en nuestra fe, nos volvemos inestables, indecisos y propensos a ser arrastrados por las circunstancias y las emociones.

Sin embargo, al afirmar nuestra fe en Dios y confiar en Él plenamente, encontramos una firmeza que trasciende las situaciones cambiantes de la vida. Nuestra fe se convierte en un ancla que nos mantiene firmes cuando los vientos de la duda soplan con fuerza.

Tener una fe inquebrantable en Dios no significa que nunca enfrentaremos preguntas o momentos de incertidumbre. Es natural que surjan dudas en nuestro viaje espiritual. Pero es en esos momentos donde debemos recordar la importancia de aferrarnos a la verdad de que Dios es fiel y digno de confianza.

Cuando elegimos confiar en Dios a pesar de las dudas, fortalecemos nuestro carácter y cultivamos una fe más sólida. Al buscar una relación más profunda con Dios, podemos enfrentar cualquier desafío con valentía y seguridad, sabiendo que Él está a nuestro lado en todo momento.

Hoy te invito a reflexionar sobre tu propia fe. Examina si hay áreas en las que la duda ha erosionado tu confianza en Dios. Identifica las preocupaciones o preguntas que te han mantenido inestable y busca respuestas en la Palabra de Dios y en comunión con Él.

No permitas que la duda te aleje de la plenitud y la estabilidad que proviene de una fe arraigada en Dios. Mantén tu enfoque en Él, confía en Su carácter y en Sus promesas, y verás cómo tu carácter se fortalece a medida que creces en tu relación con Él.

Recuerda siempre que "cuando mi fe se pone a prueba, mi carácter se desarrolla". Que tu fe en Dios sea sólida y que tu confianza en Él sea inquebrantable, para que puedas enfrentar cada desafío con la seguridad de Su amor y fidelidad.

Preguntas de Reflexión:

• ¿En qué áreas de tu vida has experimentado dudas o una lealtad dividida en tu fe en Dios?
• ¿Cómo puedes fortalecer tu fe y confiar completamente en Dios, sin permitir que la duda te haga inestable?