Metamorfosis maternalMuestra

Todo va ocurriendo progresivamente y no instantáneamente.

Empieza con el positivo y lo llevamos a las emociones. Estás embarazada y experimentas emociones de miedo mezcladas con felicidad. Quizás haya sido miedo y ansiedad, o felicidad y esperanza. Pero todas tenemos los sentimientos encontrados, nuestras expectativas, nuestros sueños y nuestra realidad. Las emociones afloran: Metamorfosis emocional.

Seguido por los cambios físicos: las manifestaciones de malestar, fatiga y el inevitable cambio de talla. <Pum>, una panza sobresale de entre todas las demás. Hay algo que se está procesando internamente que se hace notorio. Quizás, al principio, nadie cercano lo notó, pero con el tiempo, será imposible ocultarlo: Metamorfosis físico.

El nacimiento de tu primer bebé y de los que vendrán producen grandes metamorfosis en nuestro corazón, en nuestra mente y en nuestro cuerpo.

La metamorfosis es la transformación que conlleva procesos. Algunos procesos resultan dolorosos, otros extensos. Pero tienen como fin convertirnos en lo que Dios quiere que seamos, a fin de darle gloria y honra a Él. Por supuesto que es el deseo de Dios que tu maternidad sea una metamorfosis para crecer hasta la estatura de Cristo. Esto significará la muerte a “nuestro yo”, a ese “yo” que muchas veces lo tenemos tan vivo dentro nuestro y peor aún, lo alimentamos día a día.

Pero en Jesús, ya no vivimos nosotras. Podemos darle un “stop” a lo que está produciendo muerte espiritual en nuestra vida, el pecado. Podemos dejar de alimentar nuestro ego y alimentar nuestra fe.

Oración

Señor, he pasado procesos duros, noches sin dormir, una crianza desafiante que enfrentar y muchas veces mi “yo” ganado. Pero ya no quiero vivir más yo, quiero que tú vivas en mí. Que mi maternidad refleje tu carácter. Anhelo la metamorfosis de tu obra en mí. En el nombre de Jesús, amén.