Un Corazón IntercesorMuestra

¿Cómo mejorar mi vida a través de la intercesión?

En alguna ocasión escuché a un pastor decir esto: “Decirle a alguien que vas a orar por él, es cargar sus cargas, llorar sus lágrimas, reír sus alegrías y callar sus silencios”.

Esto me lleva mucho a recordarte que no puedes vivir siendo antipático. La empatía es súper clave si te quieres acercar a los demás pero aún más importante cuando quieres acercar a esa persona a Jesús. Cuando dejas de verte y de hacer que te vean y te enfocas en ver a los demás, en ver de los tuyos, en velar porque a los demás no les falte o no se sientan solos, incluso tú comienzas a sentirte más pleno, más satisfecho.

Muchas de nuestras oraciones habitualmente son: “Dios, dame, hazme, quiero, soy, voy”, cuando muchas de ellas podrían ser en pos de aquellos que nos necesitan. Aquella viuda que viste o aquel niño que te causó ternura. No vayas tan lejos, tus papás necesitan que tú intercedas por ellos, tus amigos, tus vecinos, tus líderes, tu pareja.

Cuando aprendes a prestarles atención a los demás, sentirás cómo los demás ven a Jesús a través de ti, verás cómo Dios va respondiendo y acomodando todo. Esto te dará paz, alegría y mucho de Jesús. No dejes de hacerlo si ya lo haces. Serás más humilde cuando reconozcas tu valor como intercesor entre tu circulo íntimo.