Cómo Servir a Dios Con Pasión Y Excelencia... Y No Desmayar en El Intento.Muestra

La escuela invisible de Dios para tu vida.

Debemos comprender que en todo el proceso mientras trabajamos para Dios, Dios está trabajando en nosotros. Este es posiblemente el aspecto del servicio mas desconocido para muchos creyentes y la razón por la cual muchas personas abandonan ante las adversidades o retos que se presentan en el ejercicio de su servicio al Señor.

Las experiencias que vives en esta emocionante travesía tienen el propósito de desarrollar tu carácter y cultivan en ti virtudes que son claves para tu desarrollo como hijo de Dios.

Te voy a contar una experiencia personal que me dio una gran lección acerca de este tema. Hace años, sirviendo en mi iglesia local mucho antes de ser pastor viví el proceso de un gran proyecto de construcción. La iglesia a la que pertenecía había adquirido una propiedad y se edificaba un nuevo auditorio. Fue una época muy emocionante pero también llena de trabajo duro y formación para mí. Gran parte de la congregación se involucró en los trabajos apoyando en distintas cosas y yo inclusive estuve de tiempo completo durante todo el proyecto.

Recuerdo en una ocasión que el pastor me asignó el pintar una gran puerta de acero que se encontraba en la entrada de la iglesia, las instrucciones fueron claras acerca del color y los detalles, mi pastor me dio la pintura y entonces se fue a comprar material que hacía falta para la obra dejándome a cargo del “gran portón".

Al comenzar a pintar, pensé en que la idea del color que el pastor me había dado no era “muy original” así que comencé a pintar la puerta, no de acuerdo con las indicaciones que recibí sino como yo imaginé que esa puerta luciría mejor. Creí que había tenido una gran idea y que cuando el pastor regresara estaría sorprendido de ver cuán linda había quedado la puerta con mi “nueva y más original versión”.

Cuando el pastor regresó yo había terminado. Estaba emocionado. Él miró la puerta de arriba abajo, su rostro no demostraba la sorpresa que yo esperaba, me miro y dijo: Ricardo, así no fue como te pedí que pintaras la puerta. Le expliqué cómo mi diseño era “mejor y más original” y al final con amabilidad me dijo: vuelve a pintar la puerta como te pedí por favor, y se fue.

¡Yo estaba en shock! ¡No lo podía creer! ¿Cómo era posible que no apreciara mi concepto? Me sentí realmente molesto y toda clase de pensamientos negativos empezaron a surcar mi mente, quería desertar, dejar la brocha e irme a casa, realmente me sentía frustrado, pensé en que no valoraban mi creatividad.

Entonces sucedió algo que hasta el día de hoy nunca voy a olvidar, de repente oí la tierna voz del Señor en mi corazón que me dijo: En este momento no estoy interesado en desarrollar tu creatividad sino tu obediencia.

Un valde de agua fría apagó el incendio en mi mente, todos mis pensamientos se aclararon y una poderosa convicción se apoderó de mí. Lo vi quizá por primera vez, Dios estaba formándome a través de todo lo que estaba viviendo en esa temporada de trabajo duro y servicio, cada cosa que había experimentado era el proceso de Dios para desarrollar mi carácter y formar en mí las cosas que eran necesarias para lo que Él me iba a llamar a hacer más adelante.

Apenado, busque al pastor y le pedí disculpas por mi actitud y regresé a la puerta, esta vez la vi de diferente manera, tomé la brocha y la pinté tal como me fue indicado, la pinté de obediencia.

Debes saber que todas las cosas que experimentas en el ejercicio de tu servicio, aun las cosas desagradables o negativas cooperan en alguna manera para tu desarrollo y tu madurez. Nada sucede por casualidad, el Señor está trabajando en tu vida y está formando en ti las cosas que serán determinantes para tu destino.

No te desanimes cuando las circunstancias no sean como tú esperabas o cuando enfrentes situaciones que pongan a prueba tu compromiso y tu paciencia. Más allá de lo que se ve, hay un Dios amoroso trabajando en tu vida, formándote para que llegues a ser lo más parecido a su Hijo Jesucristo.