10 Principios Para Alcanzar El Éxito en Tu MatrimonioMuestra

¿Qué viene a tu mente cuando escuchas la palabra matrimonio? ¿Conflictos? ¿Reglas? ¿Sacrificio? ¿Demasiado compromiso? ¿Rutinario? ¿Aburrido? Si estás pensando en esto, ¡estás muy equivocado! Estoy cansada de escuchar a personas afirmar que el matrimonio es como colocarte una correa al cuello, dejar esa vida de diversión que te promete la soltería o el final de la “buena vida”. Si viven así, es porque quieren. El matrimonio es mucho más que eso. Créeme cuando te digo que es posible estar casado y ser feliz.

Mi esposo Andy y yo estamos por llegar a nuestro segundo aniversario de casados, y no te voy a mentir, ¡fue todo un desafío! Hubo momentos románticos, alegrías, besos, caricias… pero también peleas, desacuerdos, enojos y dolor. No me malentiendas, amo a mi esposo y él me ama a mí. Y creo que todo lo “malo” que nos sucedió no nos convierte en un mal matrimonio, tampoco significa que no estamos hechos “el uno para el otro”. Simplemente es la adaptación de una persona a la otra; pasar de vivir vidas separadas a convivir, comenzar a compartir sueños y proyectos de vida.

Si estás leyendo este plan, es porque sabes que tu relación matrimonial puede mejorar, y así lo deseas. Es por esto que me gustaría compartir contigo diez principios que fui aprendiendo a lo largo de mi matrimonio (y lo sigo haciendo), los cuales me permitieron primeramente sanar y restaurar mi vida; y posteriormente la relación con mi cónyuge.

Antes de comenzar, me gustaría aclarar dos aspectos importantes:

• El matrimonio fue diseñado por Dios. Todo lo que Dios creó es bueno, y el matrimonio no es la excepción. Génesis 2:18 y 24 dice: «Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él… el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo» (NTV).
• Un matrimonio sin Dios no tiene futuro. Yo no sé qué espacio le están dando a Dios en su matrimonio, pero la verdad es que, un matrimonio que no tiene en cuenta a Dios, nunca llegará a ser un matrimonio exitoso. Ya hablaremos de esto más adelante. «Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!» (Eclesiastés 4:12, NVI).

Dicho esto, ahora sí estoy lista para compartirte estos útiles principios. Recuerda: no son mágicos. No desaparecerán los problemas de tu vida, ni convertirán tu matrimonio en un cuento de hadas. Conflictos y problemas van a haber siempre; pero si incorporas a tu vida estos principios, te aseguro que estarás preparado para enfrentarlos cuando ellos lleguen.