El Lado Oscuro Del LiderazgoMuestra

La envidia

La envidia es como cuando uno prefiere una fruta podrida que la sana. La envidia es veneno del ser humano. Veamos un ejemplo: los fariseos tenían envidia de Jesús, Caín tuvo envidia de su hermano, los hermanos de Moisés tuvieron envidia de él, Saúl tuvo envida de David y ellos tuvieron sus consecuencias. En el liderazgo hay que tener mucho cuidado con la envidia, pues esta fue una de las cosas que satanás tuvo en el cielo ante el complot que él ocasionó. Él teniendo la perfección no le vasó, quería más, no le gustó lo que tenía, lo que le fue dado; tenía un vacío y él fue lleno con su orgullo, pues no quería ser como Dios, sino ser más que Dios. Tuvo envidia del poder, de la exaltación, adoración, poderío y grandeza que tenía Dios; él quería eso y más.

Si somos líderes o futuros pastores debemos de procurar que no haya nada de eso. No ver lo que otros tienen y desearlo con sentimientos negativos. Nosotros podemos tener estos ataques: tengo un grupo pequeño y veo grupos más grandes y deseo eso, surgiendo en nosotros sentimientos de rechazo hacia el líder que dirige ese grupo, al querer ser más sabios que otros hermanos, querer tener más que otros y sobrepasarlos. La envidia puede crear raíces de amargura, rechazo y celos. Esto hace que hermanos se vayan de nuestras congregaciones o que hermanos estén sintiendo envidia hacia nosotros y hagan lo posible para destruirnos y ellos creer que lo van a tener todo. Pero lo que no fue dado por Dios y fue por hombre será sacado de raíz y consumado, porque lo que es de Dios no lo separa el hombre. El Señor quitará a las personas que tengan envidia de ti y tu ministerio, pero a su tiempo, ya que Dios te pondrá a prueba y preparará tu carácter y así tu vida y crecimiento espiritual.

Como líder no debes de tener envida de otros líderes, ministros, grupos, pastores, servidores, o de dones o servicios en las que estén otros, etc. Porque Dios a cada uno les da conforme a los propósitos que Él tiene, y tú tienes los tuyos.