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SERIE: LA SALVACIÓN - Oír el Evangelio para ser salvosEjemplo

SERIE: LA SALVACIÓN - Oír el Evangelio para ser salvos

DÍA 5 DE 5

El Evangelio que predicamos tiene implicancia eterna. Si las personas no creen y “obedecen el evangelio” se pierden para siempre (2 Tesalonicenses 1:8). Y Dios cuenta con nosotros para anunciar esa gran noticia. Si no predicamos, la gente será condenada y seremos responsables por esas pérdidas.

Dios le dijo a Ezequiel: “Yo te he puesto por atalaya… Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad… él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma(Ezequiel 3:17-19).

Si Ezequiel no les advertía a las personas de que se volvieran de sus malos caminos, Dios demandaría de él la sangre de esas personas. Pero si obedecía libraría su alma, Ezequiel 3:19. ¿Significa esto que quien no predica compromete su salvación eterna? No nos atrevemos a ser categóricos, pero de algo estamos seguro: ¡la consecuencia por no obedecer el mandamiento de predicar no es una nimiedad! Es un hecho de que el pasaje alude a consecuencias que no son simplemente temporales o terrenales. Que un santo pavor y temor reverente invada nuestras vidas y comencemos a hacer lo que hemos sido llamados a hacer: ¡predicar el Evangelio de Cristo a este mundo necesitado!

Día 4