Pureza en Su PuntoMuestra

Por otro lado, siempre que te dedicas al Señor hay recompensas no sólo espirituales sino también aquellas que traspasan al plano material.

Daniel y sus amigos, pudieron disfrutar de privilegios y favores. Luego de enfrentar las presiones externas de una cultura pagana, de hombres amadores de sí mismos y compañeros de trabajo con muchísima envidia, ellos fueron exaltados por Dios, fueron honrados y recompensados por los que procuraron su mal. Los que les deseaban la muerte a estos hombres de Dios fueron humillados en público porque Daniel, Sadrac, Mesac y Abeg-Nego recibieron muchísimo más de lo que tenían, fueron ascendidos en sus cargos y tuvieron fama.

Así que, si tú crees que en el camino del Señor no hay tales recompensas, te equivocas. En su tiempo Dios bendice como él quiere. Dios recompensa la obra de amor que hacemos para Su Gloria, la siembra que hacemos de tiempo, esfuerzo y recursos. El amor y el celo con el que nos guardamos para Él son ricamente bendecidos. Obviamente, estos hombres de la Biblia no fueron radicales por obtener algo material a cambio, o como tratando de convencer a Dios de que les diera cosas materiales; ellos actuaron por convicción, amor desinteresado y un sentido de respeto a Dios increíbles. A pesar de estar rodeados por un ambiente mundano, no olvidaron su identidad, no olvidaron que eran parte del pueblo de Dios escogido, y eso es lo que precisamente somos nosotros, escogidos y amados del Señor. Debes hacer cualquier cosa con tal de no mezclarte o no contaminarte con lo que el mundo te ofrece. Que los señalamientos que puedas recibir por tu devoción, el maltrato o la discriminación no te desanimen, sino que te alienten a seguir. Recuerda, Dios está en medio de ti, cuidándote y respaldándote.

¡Benditos aquellos que por Su causa sufren!