El Regalo de la SalvaciónEjemplo
Una casa para ti
Me fascinan los primeros meses del año. Puedo sentarme a escribir y desde mi escritorio, frente a la ventana, ser parte de la fiesta que acontece afuera. Una brisa suave y fresca se hace sentir, a veces cargada de alguna llovizna pasajera. Me imagino el cielo, esa casa preparada para mí. Mi Papá sabe que me deleito en el silencio, que me fascina escuchar el sonido del viento colándose por las ramas, y el estruendo de los tallos formando parte de esa exquisita melodía que extasía mi ser y me trasmite paz. Y de momento, nada se mueve. Tímidos rayitos de sol corretean por las hojas. Y vuelve el viento a dejarse sentir. Vuelve su rugido suave a ser parte de esa sinfonía que extiende sus notas hasta ponerse el sol.
Cualquiera puede ser poético ante tan admirable escenario. Tan simple vivencia puede cautivar tanto como para compararla con el cielo, pero la verdad es que es indecible lo que allí experimentaremos.
En la Palabra de Dios dice que hay muchos lugares en la casa de Dios y que Jesucristo cuando llegara al cielo, iba a preparar lugar para los hijos de Dios para que estén donde Él está. No da detalles específicos de cada morada, pero si Dios las hizo y Jesucristo las prepara para nosotros, ¿cómo crees que sean? Con lo mucho que nos ama Dios, sé que querrá complacer a cada uno de Sus hijos haciendo sus moradas celestiales especiales y acogedoras para cada uno, según las cosas que Él sabe que nos agradan. No habrá nada que nos haga daño, que nos enferme ni nos haga sentirnos mal. Por el contrario, todo será perfecto; no hará frío ni calor, la luz será perfecta, no tendremos necesidad de nada y todo lo que allí se encuentre será para nuestro deleite. Estaremos para siempre con nuestro Dios y seremos felices y gozosos por siempre. ¡Qué más podemos pedir! Continuemos haciendo la voluntad de Dios, pues nuestra recompensa nos espera. ¡Aleluya!
Oración: Gracias, Señor porque has preparado casa para Tus hijos para que permanezcamos Contigo para siempre. Gracias porque sé que por más que queramos imaginarnos los regalos que nos esperan en el cielo, nunca podremos siquiera acercarnos a lo magnífico que nos depara la vida eterna Contigo. Gracias por amarnos tanto. ¡Gloria a Ti por siempre!
Escrituras
Acerca de este Plan
Qué bien nos sentimos cuando recibimos un regalo, ¿verdad? Nos fascina quitar la envoltura y con curiosidad mirar lo que hay adentro. La salvación es un regalo. No hicimos nada para merecerla, pero aun así somos recipientes de ella por el gran amor de nuestro Dios Creador y Padre Celestial.
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Nos gustaría agradecer a Pazitos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/pazitosfe