Estudiar, Meditar y PracticarMuestra

2. Meditar en la Palabra de Dios

Según la Real Academia Española, meditar es: “Pensar atenta y detenidamente sobre algo”.

Posterior a que has estudiado algunos versículos de manera detallada, Dios te recomienda que medites en ellos, ya sea en tu trabajo, cuando vas en el metro, al tomar un café o conversando con amigos.

Al meditar en el versículo ejemplo que usamos el día de ayer (Josué 1:8), nos estaremos confrontando con la realidad. Tendremos que analizar cuánto tiempo le dedicamos a estudiar la Palabra, si lo hago todos los días, qué pienso en realidad sobre la Biblia, así sucesivamente.

Además, tendremos curiosidad sobre la promesa que Dios establece: “Tener éxito en todo lo que haga”, ¿será esto posible?

¿Será que mi matrimonio se puede salvar si tomamos el hábito de estudiar la Biblia? ¿La empresa con la que siempre he soñado, sería exitosa? ¿Será que puedo tener éxito como padre/madre a pesar de no saber lo que hago?

Y así miles de preguntas podrían surgir al meditar en su Palabra y sus promesas. La Biblia es abundante en temas, misteriosa, cautivante, entretenida, transformadora y mucho más.

Al meditar con cada enseñanza estaremos viendo el mundo con otros ojos, a nuestros “amigos”, nuestra pareja, al jefe amargado, a la vecina chismosa, al mendigo, a la iglesia, pero sobre todas las cosas, empezaremos a vernos de manera diferente, sentirás que tu mente se renueva, hay frescura en tu mirada y un corazón cada vez más agradecido.

ORACIÓN

Gracias mi Dios por revelarme este gran secreto, ayúdame a cambiar mi forma de pensar y que durante el día y la noche, tu palabra sea la constante en mi mente y corazón, para poder comprender tu voluntad y descubrir una nueva manera de ver el mundo.

Amén