Año nuevo, ¿Vida Nueva?Muestra

La realidad.

El 31 de diciembre, a escasas horas o minutos de recibir un año nuevo, muchas personas en el mundo evalúan sus vidas, el cómo les fue ese año, revisan que hicieron desde el enero anterior y lo que no lograron. Revisan esa inmensa lista que prometieron hacer y ese momento se convierte en un tiempo de profunda reflexión. También llegan los aires de nostalgia, tristeza y las promesas a Dios se hacen presentes, las que no se cumplieron y las que se harán durante los próximos minutos. Muchos elevan una oración a Dios prometiendo ser mejores, no fallar en aquello que suelen hacerlo, también toman ese momento para hacer un análisis en retrospectiva, se toma un tiempo a solas, muchos lloran en silencio, otros se apartan del ruido y en susurros hablan con Dios, algunos le recriminan a Dios por sus pesares. Y, por el otro lado están personas más alegres, aprovechando estos días de "fiesta decembrina" para ingerir alcohol, bailar, desenfrenarse y lo que menos piensan es en su año, tampoco meditan, solo están de "fiesta”. Pero aunque existen esas dos polaridades de personas, minutos antes del cambio de año, todos se reúnen en familia, alguno que otro toma la palabra y expresa sus palabras y deseos a nombre de todos, y es en ese preciso momento que se hace un silencio y por más alegre que estés de la fiesta, vendrá el momento donde sientes que debes pensar mejor en tu vida y que será del próximo año.

Todos, todos, absolutamente todos deseamos una nueva vida, pensamos que el nuevo año es una especie de "reset" o reinicio, que se puede cerrar toda nuestra vida anterior, todo lo que hemos hecho hasta ese entonces, y de manera mágica comenzar un nuevo año con todo nuevo, dejando en el viejo año, todo lo malo, lo bueno, recuerdos, carencias e iniciamos con todas las fuerzas a tratar de comernos el mundo.

En la vida de quienes seguimos los pasos de Jesús no debería ser así, Dios es atemporal, es decir no está sujeto a nuestro tiempo, mucho menos nos reinicia la vida porque terminó un año, tampoco nos hace un lavado de cerebro para olvidar todo lo vivido. Pero, sí podemos hacer lo que está escrito en su Palabra, cambiar nuestra manera de pensar, para así tener un cambio en nuestra manera de vivir, claro ciertas condiciones aplican y las veremos más adelante. Este cambio de vida implica dejar atrás no un viejo año, sino un viejo hombre que está viciado.

Cada año tendrás las mismas emociones, pero lo que Dios desea es que tengamos un pensamiento diferente, pero no un pensamiento por influencia de las redes sociales o del sistema de este mundo, tampoco por la "actualidad" y adaptación a estos nuevos tiempos, donde vemos a diario una mentalidad retrógrada en los más jóvenes y quienes pensamos distintos somos los obsoletos, los viejos y anticuados. La Palabra enseña a los jóvenes que deben ser ejemplos en conducta, y a nuestra generación actual a renovarnos, y una renovación implica cambios nuevos internos para ser mejores en un mundo decadente, sin valores y sin moral como el que vivimos. Pero muchas veces confundimos está renovación con libertinaje, cuando la renovación es tomar la base de lo que existe y mejorarlo, quitar lo dañado sin destruirlo todo, no es necesario hacerlo todo de nuevo desde cero, desde las fundaciones. Porque esa capacidad el ser humano no la posee en si mismo, pues hay situaciones que no dependen de nosotros, hay un Creador a cargo de nuestras vidas cuando se la entregamos a Él. Así que puedes cambiar lo interno renovando tu entendimiento, tu mente, pero no debes perder tu identidad, no puedes destruir tu esencia por un cambio que te has propuesto al inicio del año, Dios tampoco lo hará aunque se lo pidas, porque Él ya te dio una identidad y puso su Espíritu en ti. Este año también tendrás las mismas emociones que el año que termina, la pregunta es:
¿Estás dispuesto a renovar tu mente sin cambiar tu esencia?