Corazón De SamaritanoMuestra

El contexto.

Desde pequeños escuchamos la historia del buen samaritano. Aunque la Biblia nos enseña también de otros samaritanos, a nivel cultural, al oír esta palabra pensamos inmediatamente en una “buena persona”, también en “alguien dispuesto a ayudar”.

Estudiando el contexto de los samaritanos en la época antes y después de Jesús, su cultura y sus creencias, encontramos que provenían de las 12 tribus de Israel, específicamente de las tribus de Manasés y Efraín. En el momento de la división de Israel en los 2 reinos. Posteriormente, se estableció a Samaria como capital de Israel en lugar de Jerusalén; luego los asirios tomaron una gran parte de las 10 tribus del norte, y los hacen cautivos. Allí se mezclan con otras naciones emparentando sus hijos e hijas con otros pueblos llamados gentiles, lo cual no estaba permitido por Dios, y allí comenzaron a adaptarse a diferentes culturas, dioses y costumbres. Este accionar los hizo abominables para el resto del pueblo judío, denominándolos samaritanos. Durante muchos años existieron diferencias marcadas entre ambos pueblos, incluyendo el sistema religioso y de adoración a Dios. Existía un amargo odio entre los judíos y samaritanos, no había tolerancia ni respeto, y esto se mantuvo hasta la época del Señor Jesús.

Los samaritanos se veían a sí mismos como los guardianes de la Torá y los verdaderos descendientes de Israel. Tenían su propia y única copia del Pentateuco, los cinco primeros libros de Moisés, y creían que sólo ellos conservaban la religión mosaica original. Los samaritanos también tenían un sistema religioso único y establecieron su lugar de culto principal en el monte Gerizim. Ellos consideraban ilegítimos el templo de Jerusalén y el sacerdocio levítico.

En nuestro mundo actual, el decir “esta persona es un buen samaritano”, no se refiere a una etnia o población, sino a alguien de buen corazón dispuesto a prestar ayuda. para las culturas del medio oriente, lo samaritanos son un poblado que vive equivocado y son vistos de mala manera, repudiables, e incluso inmundos e impuros, personas que se desviaron del camino de Dios.

Nuestro Padre amado definitivamente no hace acepción de personas, tampoco prefiere a cierto grupo sobre otro, Dios desea que nuestros corazones sean sinceros, no una etiqueta ni menos una religión especifica, está en búsqueda de adoradores cuyas vidas reflejen su amor. Durante los próximos días estudiaremos distintas historias de samaritanos, y examinaremos sus corazones reconociendo como pueden como ejemplos para nuestras vidas.