Iglesia Y Cultura 4Muestra

IGLESIA Y CULTURA 4.1

«La Cultura del Reino»

 Lo que en gran parte define nuestra manera de vivir es la influencia cultural que tenemos. Así como hay una cultura diferente en cada nación, los que hemos sido rescatados por Jesucristo somos ciudadanos del Reino de los Cielos el cual cuenta con su propia cultura.

Entendemos como cultura las leyes, costumbres y patrones de vida establecidos en una nación que han sido implantadas durante generaciones.

La Cultura del Reino es el verdadero origen de nuestra existencia. La tierra y sus formas es algo que adoptamos de una manera temporal.

La gran confrontación cultural/espiritual que tenemos todos los días radica precisamente aquí. La cultura terrenal batalla arduamente para que la cultura del Reino de Dios no se establezca en la tierra. Y las costumbres terrenales se han convertido en enemigas de la Cultura del Reino. Fuimos educados en una cultura de pecado que niega a Dios, que no cree en los milagros, que hace culto al hombre y que endiosa a la ciencia y al conocimiento.

Jesús vino a la tierra para demostrarnos que el Reino de los cielos se ha acercado al hombre y que se puede tener una manera diferente de vivir. 

¿Cuáles son las características de esta Cultura del Reino? 

Si leemos Mateo 5:3-10 podremos ver que:

• Todo ciudadano del Reino tiene una necesidad espiritual que nos lleva a buscar la presencia de Dios.

• El Señor nos consuela de la tristeza o aflicción.

• Somos serviciales, sencillos y humildes. Nos servimos unos a otros. 

• Nuestros ojos no están puestos en lo temporal y terrenal, sino en lo eterno. 

• «Restauración» es una palabra con sentido y propósito; es una verdad en acción porque Dios es así, restaurador. Por lo que cuidamos de no juzgar a los demás, sino de tener misericordia y levantarlos.

• No vivimos con doble personalidad. La pureza del corazón es un estado interno de nuestra vida normal en la tierra. Hay integridad y congruencia entre lo que pensamos, hacemos y decimos todo el tiempo.

• No nos involucramos en contiendas ni en murmuraciones.

• Consideramos como algo muy valioso las aflicciones o adversidades que vengan como consecuencia de agradar a Dios.

Practicar la Cultura del Reino nos hace herederos de la Tierra y nos califica para conquistarla. 

Dios nos llama a orar para establecer la Cultura del Reino (Mateo 6:9-10). 

No podemos dejar de cumplir con este gran desafío.