Lo Que ImportaMuestra

La Familia

Hemos hablamos de cómo las situaciones y las opiniones de las otras personas nos hacen perder la visión y control, dándole importancia a lo que no importa. Ponemos lo material – trabajo primero pensando que es lo que va a hacer feliz a nuestras familias. Cuando lo que hacemos, es cambiando las prioridades, comportándonos como novatos. Las prioridades no son de una sola vez, sino una decisión diaria.

Pensemos, imaginemos a una madre o padre soltera (o) criando a sus hijos en este mundo en donde vivimos, donde económicamente tienes que pensar en cómo “proveer” para su bienestar. Luego le añades las opiniones de las personas, familia, de los que trabajan contigo. Simplemente porque saben eres cristiano y piensan “vamos a ver cuán perfecta(o) es” esperando a que caigas para degradarte. Ahora le sigues añadiendo que los hijos y/o familia se enferman, se comienza a envejecer, vives lejos, todo pasa al mismo tiempo. ¿No te ha pasado que sientes que la vida se te derriba? Pues sí, es lo que sentimos cuando perdemos “el control” y cuando no tenemos visión. Dudamos, escuchando lo que dice el mundo y no lo que nos dice Dios. Porque nuestras prioridades no están en orden.

Cuando ponemos a Dios primero, sabemos que nuestra familia, no importando las circunstancias, estará bien en Cristo. Pero para poder hacer esto, necesitamos disciplinarnos. En 2 Pedro 1:5, nos dice que pongamos toda diligencia. Desarrollemos una relación fuerte en el Señor y pasemos esta enseñanza a nuestra familia. Regalo eterno, que no tiene precio, confiando en Dios. De qué vale todo el dinero y cosas, si nos tenemos a Dios como nuestra prioridad, como centro de nuestra familia. Sin El, nada va a funcionar, no importa lo muchos que tratemos. Pero cuando lo ponemos primero, la familia también se pone en orden. Comenzamos a ver lo que concierne, dándoles menos importancia a las opiniones de los demás e instruyendo con amor a nuestra familia.