Sed de aprobaciónEjemplo

Una identidad herida

Estaba segura de que gozaba de una autoestima saludable, por lo cuál no le prestaba mucha atención a la opinión de los demás.

Al menos eso era lo que pensaba. En mi interior sabía de mi valor, Dios me había dado identidad desde que era pequeña.

Pero por mucho tiempo empecé a bajar el volumen de esa identidad, y sin darme cuenta había permitido que la opinión de la gente, de alguna manera, tenga más peso en mi corazón.

Con dos niños pequeños y con compromisos que cumplir en la semana intento disfrutar de esta temporada de mi vida, haciendo lo mejor que puedo. Pero por supuesto que escucho críticas, y opiniones que me llevan a estar afanada y turbada, por supuesto que mi seguridad se cambió de bando.

Cuando tu identidad está herida puede llevarte a autoexigirte tanto, que pierdas de vista por qué y para quién estás viviendo; buscando la aprobación de los demás en todo lo que hagas.

Ora

Señor he llevado mi seguridad hacia lo que hago, y sé que valgo lo que soy y no lo que hago.

Porque tu muerte ha comprado mi salvación; tú eres mi seguridad y hoy vuelvo a ti, tú eres mi fuerte.