Día a Día con DiosMuestra

¡Eres fuerte!

En algún momento de nuestras vidas, todos nos hemos sentido intimidados. Puede que más de una vez, durante distintas etapas.

Para mí ese momento fue el primer día de clases cuando empecé con mis estudios superiores de manera presencial (ya había tomado clases de forma virtual, pero no es igual). Me sentía nerviosa e intimidada; era un ambiente nuevo, una materia de la cual sabía muy poco y para el colmo: sólo había una chica además de mi en la clase.

Era una materia exigente; muchas cosas que memorizar y muchas prácticas; en lo último era débil y me agotaba completamente. Ese año mis afecciones físicas estaban haciendo de las suyas. Como en este mundo yo no estoy sola, pedí fuerzas al único que es capaz de darlas. Tenía y tengo claro que en las cosas que suelen ser “pequeñas”, Él también está completamente presente.

Dios me dio fuerzas para lidiar con esa clase y con mi salud. Por gracia divina tuve un buen maestro y unos buenos compañeros; al final aprobé y mejoré porque Dios da fuerzas al débil y cansado.

- Thaira Corporan.