MISERICORDIA

REFLEXIÓN

El intérprete de la ley que preguntó, “¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” sabía la respuesta correcta: “Ama a Dios con todo, y ama a tu vecino como a ti mismo”. Si este hubiera sido un examen escrito, hubiera obtenido una calificación perfecta. Pero quería saber cuánto margen tenía en el asunto de la práctica. Era un intérprete de la ley quien sabía cómo encontrar tecnicismos, así que llevó la conversación un poco más adelante, preguntando a Jesús que definiera “vecino”.

En vez de una definición legal, Jesús le cuenta una historia. En ella, el entendimiento del vecino está ligada al concepto de misericordia. El carácter misericordioso de Dios encuentra su expresión en las maneras que amamos a nuestro vecino. Siendo que la misericordia de Dios se nos ofrece todos y cada uno de los días, como Lamentaciones 3 nos recuerda, somos llamados a ofrecer misericordia a otros cada día. En la parábola del Buen Samaritano, el sacerdote y el levita intencionalmente se cruzaron la calle para evitar ayudar al hombre herido. Mostrar misericordia requirió del samaritano acercarse al hombre herido –para verlo. En el momento que verdaderamente vio al otro hombre, fue movido a una respuesta de compasión.

En Beyond Words (Más allá de palabras), el autor Frederick Buechner escribe, “Cuando Jesús llegó diciendo que el mandamiento más grande de todos es amar a Dios y amar a nuestro vecino, él también nos está pidiendo que pongamos atención. Si vamos a amar a Dios, primeramente, tenemos que detenernos, ver, y escucharle en cuanto a lo que está sucediendo a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Si vamos a amar a nuestros vecinos, antes de hacer cualquier otra cosa, debemos ver a nuestros vecinos. Con nuestra imaginación, así como con nuestros ojos, como artistas por así decirlo, debemos ver no solamente sus rostros, pero la vida dentro y detrás de sus rostros. Aquí hay amor que es el marco dentro del cual les vemos”.

Como el sacerdote y el levita, perdemos el llamado de Dios para mostrar misericordia si damos pasos para aislarnos a nosotros mismos del sufrimiento de otros. Y así como ellos, nos perdemos la oportunidad de amar a nuestro vecino cuando estamos muy preocupados como para poner atención, o cuando rehusamos en acercarnos y permanecer lo suficiente cerca para verdaderamente poder ver.

ORACIÓN FINAL

Dios misericordioso, danos ojos para ver tu rostro en el rostro de aquellos que sufren. Concédenos la fuerza para abrazar el dolor y resistir el protegernos a nosotros mismos de situaciones incómodas. Que podamos seguir los pasos del Buen Samaritano quien verdaderamente amó a su vecino. Amen.

PASOS DE ACCIÓN

• Practique a afirmar la dignidad de las personas al hacer contacto con los ojos con aquellos que están experimentando desamparo, están pidiendo dinero, o en alguna otra necesidad.
• Ofrezca su tiempo como voluntario en un hospital, clínica médica, o una facilidad de cuidado de ancianos. Una cálida sonrisa y un oído que escucha pueden desempeñar un papel en el proceso de sanidad.
• Ore por los niños alrededor del mundo quienes están afectados por el VIH y el SIDA, que Dios provea maneras para que obtengan oportunidades para un futuro saludable. Ore por consuelo para los padres quienes innecesariamente perdieron hijos por enfermedades como malaria, y ore que Dios use las iglesias para proveer estrategias de prevención como defensas contra mosquitos.
• Desarrolle un plan congregacional para cómo poder responder a las necesidades que entran a través de sus puertas. Asóciese con otras iglesias locales para ofrecer múltiples ministerios en su comunidad.
• Como iglesia, considere apoyar a una familia local de refugiados al colectar artículos de primera necesidad para su nuevo hogar y apoyarles en búsqueda de trabajo, educación, y establecimiento en su ciudad.
• Ore por los niños que están desalojados y traumatizados por razón de la violencia y persecución. Ore por las escuelas nazarenas en el Medio Oriente que están proveyendo educación y apoyo a niños viviendo como refugiados.