La esperanza de la PascuaMuestra

Cuando llega la decepción

Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor (Romanos 5:5).

Para intentar librarse de sus decepciones, un hombre decidió subastar sus pertenencias en eBay. Dijo: «El día que se vendan todas mis posesiones, pienso salir por la puerta de mi casa con la cartera, el pasaporte y nada más». Planeaba visitar a su madre antes de dirigirse al aeropuerto. «A partir de ahí ya veré a dónde me lleva la vida. Es hora de desprenderse de lo viejo y empezar con lo nuevo».

Todos podemos sentirnos identificados con las decepciones de la vida. El Apóstol Pablo animó a los creyentes en Jesús de Roma a que recordaran que la muerte de Jesús les proporcionó «… paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5:1).

Esta paz divina capacita a todos los creyentes para experimentar «… Y esa esperanza no acabará en desilusión…» (v. 5). Además, nos ayuda a afrontar las dificultades sin huir de ellas, «… Porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia … firmeza de carácter, y nuestra esperanza» (vv. 3-4).

La presencia de Dios nos da la confianza de que Él nos ama y nos dará poder a través del Espíritu Santo (v. 5). Y su amor y la presencia del Espíritu nos dan la seguridad de que nuestra confianza en Él no está fuera de lugar (v. 8).

Como creyentes en Jesús, en lugar de huir de nuestras decepciones, podemos alegrarnos en ellas, sabiendo que Dios camina con nosotros a través de las mismas.

Marvin Williams

¿Cuál fue tu respuesta inicial a alguna decepción reciente?
¿Qué te ayudaría a expresar tu esperanza confiada en Dios incluso cuando te enfrentes a decepciones?

Querido Dios, ayúdame a confiar en ti cuando me enfrente a los momentos difíciles y decepcionantes de la vida.