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Justificados Por La Fe

DÍA 4 DE 7

«El propósito de la ley» 

La gracia es un regalo, sin costo para el que la recibe, por lo tanto es gratuito y, para que pudiera ser manifiesta, tenía que ser enviada primero la ley, por eso, el texto bíblico dice: «Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia», (Romanos 5:20). 

El primer propósito de la ley fue identificar el pecado y confrontarlo. Luego lo acusaría de tal manera, que usted tendría que buscar a quien pudiera darle libertad. 

El segundo propósito de la ley, fue intensificar la culpa, porque todo lo que decía la ley era «no». Declaraba lo que se necesitaba para cumplir con los requisitos de la justicia de Dios, pero no tenía provisión para poder cumplirlos, porque en sí misma, la ley es incapaz de justificar al pecador.

La ley demandaba perfección, pero no ofrecía ayuda para lograrla. Lo único que hacía, era identificar el pecado para que se diera cuenta de lo terrible que era delante de Dios y buscase la provisión para manejar la culpa. Todavía es igual. La ley nos hace conscientes de nuestra falta, nada más. 

¿Se ha detenido frente a una pared con el cartel de advertencia: «No toque, pintura fresca»? Nunca antes había visto ese muro, ni hubiera notado la pintura. Tal vez pasó por ese lugar, pero cuando pusieron el cartel de advertencia y lo leyó, algo se le despertó, la curiosidad. Algunas personas más controladas, pasaron, leyeron el cartel, sintieron la tentación de tocar la pared recién pintada, pero no lo hicieron.  

La ley no ayuda con relación al pecado, porque el propósito de la ley es señalar. Cuando sabe acerca de la ley, se descubre el pecado que está en usted, entonces comprende lo perverso y malo que es. Aun haciéndole tanto bien a la gente, está lleno de odio, rencor, amargura, envidia, celo, contienda. Aunque se congregue los siete días de la semana, cuando trate de vivir por la ley, jamás podrá satisfacer la demanda de una santidad perfecta, de un Dios excelente, que no juega con el pecado. Él tiene demandas y exigencias divinas. 

La ley decía: «Esto es santidad: honren mi nombre obedeciendo mi ley», pero nadie lo podía hacer. La ley se introdujo para que el pecado se manifieste. Entonces, cuando el pecado abundó, la esperanza era que la gracia sobreabundara. Aunque el pecado se podía medir, la gracia no. Cuando el pecado era mucho, la gracia era infinita. 

Cuando el pecado juzgaba, la gracia decía: «Eres justificado porque creíste en lo que Dios proveyó a través la persona de Jesucristo». Cuando el pecado condenaba, la ley juzgaba. Cuando el pecado acusaba, la gracia bendecía. 

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Acerca de este Plan

Justificados Por La Fe

Este devocional de 7 días, le permitirá entender la justificación por fe, la gracia de Dios en su vida, el valor tan grande del sacrificio de Cristo en la cruz, y su relación actual con la ley y el pecado. Tomará sentido en su mente todo aquello que Dios preparó con tanto amor a favor suyo, y cómo podrá vivir agradecido con Dios, al entender que no se trata de lo que hace por Dios, sino de lo que Dios hizo por usted.

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Nos gustaría agradecer a Basado en el libro "El maravilloso evangelio de la gracia", del autor Tommy Moya, en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.transformadosencristo.com y http://www.elcentronetwork.com