Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Baja la Lupa, Sube el EspejoMuestra

Baja la Lupa, Sube el Espejo

DÍA 2 DE 4

Sé vulnerable

Cierta vez hablé con una psicóloga y le pregunté por qué el número de divorcios en las iglesias era igual al de las personas inconversas.

La respuesta me sorprendió: “Muchos matrimonios dentro de la iglesia no buscan ayuda por miedo a parecer menos espirituales".

Es triste pensar que la iglesia sea un lugar donde nos ponemos máscaras en vez de despojarnos de ellas.

Si Jesús ya conoce nuestras luchas, ¿por qué ocultarlas?

Abre tu corazón a otras personas maduras que te puedan ayudar, pero ante todo derrama tu corazón delante de Dios.

En Romanos 8:26 dice que en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. Aunque a veces tu oración sea solo lágrimas, Él mismo intercede por ti.

Hay propósito en tu dolor

Tal vez sientes que oras por tu matrimonio y las cosas siguen igual. Pero nada puede sanar a menos que haya sido herido. ¿Cómo así? Tal vez has orado por paciencia y tu familia está más irritable que nunca. ¿Cómo puedes aprender a ser paciente si no tienes nada que te desespere?

Si te encuentras en un lugar de frustración, quiero darte una promesa: “Y sabemos que a los que aman a Dios, TODAS las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28).

Abraza los procesos. Si cuando compras un rompecabezas, puedes confiar en que las piezas están completas, entonces ¿por qué no confiar que Dios ha puesto cada pieza de tu matrimonio por una razón? Aun aquello que no tiene sentido para ti hace parte de la obra maestra que algún día será completada.

Recuerda que Jesús está en tu barco en medio de la tormenta. Si quieres tener un gran matrimonio, solo míralo a Él.

Observa su paso por la tierra: Nunca tiró la piedra, en su mirada había compasión, perdonó al que no lo merecía, fue un gran amigo.

La manera en que ustedes se amen, se perdonen y se elijan una y otra vez, aun cuando las cosas se ponen difíciles, es el Evangelio que le predican al mundo.

Día 1Día 3