[Las palabras de adviento] ESPERANZAMuestra

Cristo es esperanza

En el Antiguo Testamento, la palabra esperanza se traduce de la palabra hebrea tikva, que se puede traducir como: «Estoy seguro de la protección de Dios sobre mí».

En el Nuevo Testamento, esperanza se traduce de la palabra griega elpis, que se puede traducir como: «Una expectativa de aquello de lo que tenemos certeza».

El New Unger's Bible Dictionary define esperanza de esta manera: «La espera expectante de un resultado favorable bajo la guía de Dios. Más específicamente, es la confianza o certeza de que lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado que garantiza nuestra participación en lo que Dios hará en el futuro».

Esto contrasta con la definición de esperanza que tiene el mundo. La mayoría de la gente piensa que la esperanza es solo un sentimiento de que lo que se quiere, sucederá. El mundo piensa que es un sentimiento, mientras que la Biblia nos dice que la esperanza se basa en una certeza absoluta.

En el primer versículo de 1 Timoteo, Pablo nos dice que la esperanza es, incluso, una Persona: nuestro Señor Jesucristo. Siguiendo la misma línea de pensamiento, cuando Juan dice que Jesús, el Verbo, estaba en el principio con Dios, entendemos que con Cristo había esperanza desde el principio de los tiempos. Juan dice que Jesús estaba con Dios en el principio y que él era Dios. La esperanza lo empezó todo. Jesucristo estaba con Dios el Padre cuando todo fue hecho. Él es Dios Hijo, lo que significa que nuestra esperanza está basada en el Dios del universo.

Cuando Jesús nació hace 2000 años, la esperanza se manifestó en forma física: nuestra esperanza es Dios mismo.

En Colosenses 1:27, Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. En Tito 1:2 y Tito 3:7, Jesús es la esperanza de la vida eterna. En Juan 6, él es la fuente de vida. En 1 Pedro 2:4-8, él es la roca sobre la cual está asentado nuestro fundamento. En Apocalipsis 1:11, él es el primero y el último. En Apocalipsis 22, él es la luz del día eterno. En Lucas 24, él es el Mesías que trajo la salvación por su vida, muerte y resurrección. En 2 Corintios 5:19-21, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo en Cristo. Y en 2 Corintios 1:20, todas las promesas de Dios se cumplen en él. Ciertamente, él es nuestra esperanza y hay esperanza en él.

Padre, te pedimos que todos los ojos se enfoquen en tu Hijo, Jesucristo. Le pedimos a tu Espíritu Santo que reine sobre nosotros.