El mayor sacrificio por amorMuestra

Jueves Santo: Doble traición

Imagino a Jesús durante la última cena, sentado con sus discípulos, sabiendo que Judas lo vendería y que Pedro lo negaría, pero aún así amándolos de manera incondicional, de la forma cómo solo Él sabe amar. Y les dice: “»Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros»” (Juan 13:34).

Amarnos unos a los otros es difícil, pues siempre queremos que la gente piense, sienta, se exprese igual a nosotros y esperamos que nos amen de la manera que nos gusta recibir amor.

Me pregunto cómo habría sido esa última cena si los discípulos hubieran sabido que Jesús iba a ser crucificado. Se habrían despedido? ¿Lo habrían abrazado? ¿Judas no lo habría vendido? ¿Pedro no lo hubiera negado? ... En fin, al final ellos jamás se imaginaron que esa era la última vez que se sentarían a cenar con Jesús.

Hoy decide amar cómo si no hubiera un mañana, decide dar todo de ti, decide tener misericordia, decide pensar más en el prójimo que en ti, decide amar cómo Jesús siempre Amó.

Papá Dios te ama y te bendice.

Tu amiga,

Carol Elam