JESÚS ES UNGIDO CON PERFUME

El miércoles de la Semana Santa, Jesús estuvo una vez más en el templo. En esta ocasión se encontraba debatiendo con los líderes religiosos o, más específicamente, criticándolos por su hipocresía. Regularmente Jesús señalaba que algunos de estos sacerdotes eran excelentes recitando leyes y rituales, pero no eran tan buenos amando a su prójimo.

Este miércoles también es conocido como «miércoles del espía», pues según los escritores de los Evangelios, este fue el día en que Judas Iscariote, uno de los discípulos de Jesús, acudió a los líderes religiosos y acordó el pago de treinta piezas de plata para facilitarles su captura. Esta traición puso en marcha el plan de lo que sucedería durante el fin de semana.

Esa misma noche, cuando Jesús regresó al pueblo de Betania, Él trató de preparar a sus amigos para lo que estaba por suceder: se estaba preparando para morir.

Lee Mateo 26:6-13 y haz la siguiente oración:

Padre Celestial, al igual que la mujer de la historia, sabemos que tenemos ofrendas que podemos entregarte. Te ofrecemos nuestro tiempo, nuestras habilidades y nuestros recursos, sabiendo que puedes utilizar todas estas cosas para ayudar a que la gente te conozca mejor. Ayúdanos a seguir el ejemplo de esta mujer y darte todo lo que tenemos con un corazón agradecido. Amén.