¿Quién Se Esconde en Mi Armadura?Muestra

¿Quién se esconde en mi armadura?

Esa armadura era muy pesada. Esa armadura portaba victorias pasadas y desafíos realmente grandes, pero lo más tremendo de aquella coraza era que no le pertenecía a él y, por lo tanto, no era de su tamaño.

Saúl le prestaba su armadura a David, para que se convirtiera en un guerrero, pero David escondía algo debajo de aquel montón de hierro.

Dios le mostraba a David que esa no era su armadura, porque ese no era él. Podía ir a esa batalla, siendo algo que no era y que no le pertenecía, pero luego Saúl tomaría aquel escudo y aquella coraza y diría: "¡Lo sabía! Es esto que yo cargo lo que me da la victoria!".

A veces, cargamos con desafíos que no son de nosotros, y sostenemos en nuestros corazones y en nuestros pechos una coraza pesada de otro; esas corazas solo nos sofocan y lejos de hacernos ganar una batalla solo nos generan peso y dolor. ¿Lo has sentido alguna vez? ¿Ese peso que no te pertenece?

Dios en su gracia, quita esa coraza y ese escudo y te dice: "No te pertenece"; no luches con las experiencias de otros, o en la batalla que otro debería pelear. En cambio, ve con lo que ya Dios te dio y gana esa batalla.

¡No me malentiendas!... David luchaba por toda una nación, para librarla de su enemigo, y para darle la gloria a Dios; Pero David no luchaba en nombre de una persona, no luchaba por la gloria de un humano.

A menudo cuando las cargas son pesadas y dolorosas, son cargas que llevamos nosotros mismos para gloria nuestra o de otro, pero cuando lo hacemos por Dios, es totalmente distinto, Dios quita la coraza, y nos utiliza para su gloria.

¿Qué esconde tu armadura? ¿Acaso hay un peso que debería ser despojado, acaso hay algún escudo que no debería estar llevando?

Esa armadura escondía al próximo rey, al mata gigantes, al adorador conforme al corazón de Dios y Dios no quería que lo escondiera un montón de hierro pesado y fabricado por hombres.

Dios utiliza personas, que al parecer están expuestas al rechazo, al dolor, a la vergüenza, o a la derrota, pero que cambian el escenario exponiendo la victoria de Dios.

Esa armadura está escondiendo algo hermoso de parte de Dios, así que no dejes que las sombras del pasado te digan que armadura debes usar para conseguir tu próxima victoria.

Despójate de eso y confía porque Dios te dará la victoria.