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La razón de ser de la ley

La gente a menudo piensa que Dios está enojado con nosotros debido a nuestros pecados. Y que Él nos castigará por ellos. Leen el Antiguo Testamento y piensan:

'Vaya, Dios está realmente enojado'.

Pero todo lo que Dios hizo en el Antiguo Testamento, lo hizo por amor. La gente vivía completamente en pecado, por lo que no tenían que rendir cuentas. Porque no había ley, así que el pueblo no sabía que lo que hacían era contra la voluntad de Dios y que vivían en tinieblas. Pero entonces Dios vino a 'Moisés y con ello la ley'.

Pablo escribe en Romanos 7:13 acerca de la ley:

¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Como podemos ver, la ley fue dada para establecer límites, para que la gente tomara conciencia de su miserable estado. Y para que se dieran cuenta de que necesitan un Salvador. La ley sacó a relucir el pecado en el hombre porque se hizo visible la clase de cosas malas que hacían y que caían fuera de los límites.

Cuando Él creó al hombre, nunca tuvo la intención de que nos perdiéramos. Dios es amor. Eso a veces no parece alinearse con el Dios que trató con dureza al pueblo judío. Pero tenía que hacerles ver que lo que hacían y cómo vivían estaba muy por debajo de Su estándar. Había que despertarlos. De lo contrario, nunca habría quedado una virgen de la cual nace el Salvador. Más que eso, las personas nunca habrían sabido que necesitaban ser redimidos.

Lo que Dios hizo en el Antiguo Testamento, Dios lo hizo por amor y por gracia. Él no es un Dios enojado. Él no desea que seamos perfectos o que primero seamos lo suficientemente buenos como para que se nos permita estar en Su presencia.

No, Dios nos ama tanto a ti y a mí que hace todo lo posible para despejar el camino hacia Él.