Dios en El TiempoMuestra

Hoy quiero hablar contigo acerca de algo que descubrí mientras explorábamos la transición del Antiguo Pacto al Nuevo en nuestra serie sobre Tiempos. Nos enfocamos en Jesucristo como el mediador de este cambio y me hizo pensar: ¿cómo pasamos del mundo de sacrificios y obediencia condicional al regalo de la gracia?

Imagina por un momento el Antiguo Pacto, donde la salvación requería sacrificios personales, animales y cosechas. Era un proceso donde las personas debían cumplir ciertas condiciones para ser redimidas. Pero, ¡aquí viene la sorpresa! En el Nuevo Pacto, Dios va un paso más allá y sacrifica a Su propio Hijo para nuestra salvación. Jesús se convierte en el eslabón que une el amor de Dios de ambos pactos.

Quiero compartir contigo un versículo que captura este momento de cambio. En Lucas 22:20, Jesús, después de la cena, toma una copa de vino y dice: "Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por ustedes."

Ahora, quiero que reflexiones conmigo. ¿Cómo te sientes al saber que en el Nuevo Pacto, Dios sacrificó a Su Hijo por tu salvación? Es un gesto tan profundo y significativo. Y piensa en esto, ¿cómo cambia tu perspectiva sobre la gracia divina al entender que Jesucristo es el mediador de este Nuevo Pacto?

La verdad es que la salvación es un regalo, no algo que podemos ganar. Jesús es el cumplimiento del antiguo pacto y el inicio de uno nuevo. Su sacrificio no solo transforma nuestra relación con Dios, sino que se extiende a todas las naciones.

Antes de que te vayas, quiero que te hagas una pregunta: ¿Cómo puedes expresar tu agradecimiento por esta salvación que es un regalo de la gracia divina? La respuesta puede estar en tus acciones diarias y en reconocer este regalo con gratitud.

Recuerda siempre que en el Antiguo Pacto sacrificábamos, pero en el Nuevo Pacto, Dios sacrificó. Jesús es la manifestación del amor divino que transforma nuestra relación con Dios. ¡Hasta la próxima vez!