Dos Reinos - Parte 4Muestra

Probablemente hayas escuchado los primeros versículos de este capítulo muchas veces antes, ¡pero no pases por alto la profundidad y el poder de esta verdad! Hoy se trata de juzgar a los demás. Seamos honestos; Todos juzgamos a otras personas regularmente. Ya sea cómo se ven, la ropa que eligen usar, la música que escuchan o las decisiones que toman en la vida. Por otro lado, piensa en cuando alguien te ha juzgado. No es agradable, ¿verdad? Podemos pasar tanto tiempo enfocándonos en cómo otros eligen vivir sus vidas que descuidamos lo que está sucediendo en la nuestra, y quizás lo más importante, lo que está sucediendo en nuestros corazones.

PROFUNDIZA

Piensa en esta imagen de una "viga en tu propio ojo". Cuando enfocamos toda nuestra atención en juzgar a los demás, estamos descuidando ver las cosas en nuestras propias vidas en las que necesitamos trabajar. No se trata de sentir vergüenza, sino de apoyarse en la gracia que Jesús nos ofrece. Cuando permitimos que el Espíritu Santo examine nuestros corazones, podemos ver todas las formas en que necesitamos desesperadamente Su poder para vivir como Jesús vivió. Cuando te das cuenta de lo mucho que Dios te ama, a pesar de tus defectos e imperfecciones, eres libre de amar a los demás, en lugar de juzgarlos. Cuando seas capaz de "ver claramente" como dice el versículo, serás capaz de ayudar a los demás. Invita al Espíritu Santo a examinar tu corazón hoy. ¿Has estado juzgando a otros recientemente? ¿Cómo puedes mostrarles amor en su lugar?

SÉ VALIENTE

Vivir como vivió Jesús es realmente ir en contra de la corriente de este mundo. ¡Es diferente! ¡Es raro! La próxima vez que escuches a alguien juzgar a otra persona, ¿por qué no ser valiente y hablar cosas positivas en su lugar? ¿Cómo puedes bendecir a esa persona con tus palabras? A veces, ser audaz se refleja en las pequeñas decisiones, como considerar cómo hablas de los demás. Recuerda lo mucho que necesitas la gracia de Jesús, y elige amar en lugar de juzgar. ¡Esta es la vida del reino!

MEMORIZA

"No juzguen para que no sean juzgados” (Mateo 7:1 NBLA).