Decisiones Que Nos Cuesta TomarMuestra

Pongámonos de acuerdo con Dios

La oración en esencia es diálogo, ambas partes tienen que expresarse y estar dispuestas a buscar el bien mayor. Está claro que debemos escuchar a Dios para obedecerle, pero también recordemos que Dios quiere escuchar qué haremos con nuestros talentos y nuestros sentimientos. Este diálogo siempre honra a sus participantes, recuerda que su perdón nos permite hablarle con la dignidad de un hijo amado y redimido.

Jesús sabía de la grandeza de su misión en el universo, pero fue en la oración donde pudo describir al Padre como se sentía y que luchas tenía. Ser consciente de nuestra voz mientras oramos en una actitud de humilde obediencia sabiendo que Dios nos escucha y nos ama, nos ayuda a encontrar una mejor solución sabiendo que el Espíritu Santo nos va a guiar.

Jesús desnudó su angustia, tristeza y temor delante de Dios, quizás nosotros, por nuestra humanidad caída, deberemos además desnudar nuestras reales intenciones y las mentiras que nos invitan a dejar a Dios de lado cuando nos resistimos a cruzar nuestros propios puentes.

Jesús nos muestra que cuando oramos estando en grandes dilemas pasan dos cosas:

Lo primero es que llegamos a tener claridad de porque debemos cruzar nuestros propios puentes. No escuchamos a un Dios caprichoso sino a un Dios bueno, sabio y amoroso. Entonces la decisión difícil se mueve buscando un bien mayor y desarrollamos gratitud por la posibilidad de agradar a quien amamos mientras vamos construyendo nuestro carácter para la eternidad. Jesús mismo decía que no hacía nada que el Padre no le diga porque el Padre le amaba y le había hecho parte de lo que iba a hacer. Quien dialoga con Dios puede distinguir entre los espejismos y lo que Dios estuvo construyendo desde la eternidad para nosotros.

Lo segundo es la certeza de no cruzamos solos. Aunque Jesús no retrocedió en su voluntad de agradar al Padre, sí lo hizo para despertar a sus amigos, pero, gracias a su sacrificio, hoy día sabemos que tenemos su compañía para avanzar. Probablemente nosotros dejaremos de acompañar o nos soltemos de su mano pero la oración nos ayuda a ser tercos en levantarnos y seguir adelante con él, tomando de su mano.

¿Sientes que debes abandonar una elección que te da confort pero te aleja de Dios? ¿Te angustia o tienes temor por lo que debes dejar aunque sabes que es lo correcto? Pongámonos de acuerdo con Dios para cruzar el puente y conversemos con él mientras lo vamos cruzando. Si nos caemos, caigamos para adelante y levantémonos de la mano del Padre.

Oremos: Padre ayúdame a elevarme por encima de mis pensamientos o excusas, quiero ver lo que tú ves para hacer realidad las decisiones que me cuestan. Sé que pueden existir el milagro de la solución fácil y rápida, Pero si me pides que forje mi carácter con esto, que tu presencia me aliente constantemente. Amén.