Tu Mejor AmigoMuestra

Tu Parakletos

“No estás sólo. Te tengo”. Estaba viendo un video sobre el Espíritu Santo para preparar este devocional. Me llegué a emocionar cuando contaron el caso de una muchacha que, a muy temprana edad, perdió a sus padres de una manera horrible. En ese momento, contaba esta chica, sintió en su cabeza una voz que le dijo: “Te tengo. Aquí estoy”. Me sentí identificado. Algo parecido he sentido durante toda mi vida. Hermoso, realmente espectacular que aquellos que recibimos a Jesús en nuestro corazón también recibimos, como regalo, un amigo fiel que nunca nos va a abandonar: El Espíritu Santo. Tiempo después, gracias a ese encuentro y a otros que tuvo con el Espíritu, esta chica del video, se convirtió en una compositora de canciones cristianas. Una de sus canciones más conocidas es precisamente una relacionada con el Espíritu Santo: Never Alone (Nunca solo).

Antiguamente en el mar Mediterráneo, cuando una embarcación tenía problemas se le enviaba un navío más grande. Este navío era una embarcación que tenía la sola y única misión de ayudar a la nave que estaba en problemas y llevarla sana y salva al muelle. A esta nave más grande se le conocía como Parakletos. La palabra griega que se utiliza en el Nuevo Testamento para referirse al Espíritu Santo es justamente Parakletos que significa “quien viene a nuestro lado”, por eso muchas veces se menciona al Espíritu Santo como nuestro abogado (quien está a nuestro lado para defendernos), consejero (quien está a nuestro lado para alentarnos y guiarnos), ayudador (quien está a nuestro lado para ayudarnos). El Espíritu Santo literalmente está llamado a estar a nuestro lado. Es nuestro amigo fiel.

“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).

El Espíritu Santo estuvo presente en la creación del universo. Infundió vida en la primera persona. En el Antiguo Testamento llenó a personas para los propósitos de Dios, para tareas específicas. Por ejemplo, le dio fuerza extraordinaria a Sansón para que protegiera a su pueblo, llenó a Bezalel para hacer trabajos artísticos. Isaías y Jeremías fueron llenos del Espíritu para que profetizaran y difundieran la Palabra de Dios. En la Palabra existe la promesa que un día el Espíritu nos llenará de una forma nueva y profunda. Esa promesa se cumplió en el día de Pentecostés. El Espíritu que, en el Antiguo Testamento, llenaba sólo a ciertas personas en ocasiones especiales, ahora nos llena a todos los hijos de Dios. Nos sella como hijos de Dios. El Espíritu Santo es uno de los tres miembros de la Trinidad, siendo los otros dos miembros Dios Padre y Jesucristo, su Hijo. El siguiente versículo muestra cómo el Espíritu trabaja junto con el Padre y el Hijo en la vida de los creyentes:

“Dios Padre los conocía y los eligió desde hace mucho tiempo, y su Espíritu los ha hecho santos. Como resultado, ustedes lo obedecieron y fueron limpiados por la sangre de Jesucristo. Que Dios les conceda cada vez más gracia y paz" (1 Pedro 1:2).

Podemos sacar, del versículo anterior, las siguientes conclusiones:

• El Padre nos elige y nos hace sus hijos.
• Jesús nos redimió muriendo por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
• El Espíritu Santo nos acerca y nos lleva al Señor y continúa transformándonos para que agrademos a Dios.

Los tres trabajan en perfecta armonía para llevarnos a una relación con Dios. El Espíritu Santo es, sin duda, una parte integral y clave de la Trinidad. Tan importante que incluso el mismo Jesús advirtió de cualquier ofensa contra el Espíritu Santo:

“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero” (Mateo 12:31-32).

El Espíritu Santo es Dios con nosotros. Es Dios en acción. ¡Él es Dios que está contigo! El Espíritu Santo es una fuente de fortaleza, sabiduría, valentía y libertad. Nos cambia nuestro carácter…

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).

El Espíritu nos da poder para servir y llena nuestros corazones con el amor de Dios. Pide, ora, clama para que descienda el Espíritu Santo y te llene completamente, te de valentía, confianza, te guíe y des los frutos que de Él provienen. El Espíritu Santo es una maravillosa compañía, fiel cien por ciento que jamás te abandonará y te dará los mejores consejos que nadie en este mundo es capaz de darte. Sólo tienes que pedir que él descienda en ti y te acompañe en tu vida. ¿Te atreves?

Preguntas para Reflexionar

• ¿Qué se te viene a la mente cuando piensas en el Espíritu Santo?
• ¿Qué significa para ti que el Espíritu Santo da libertad a nuestras vidas?

Que tengas un excelente, glorioso y muy bendecido día. Nos vemos en las próximas lectura.
Alfonso