Si Oras Provocas Muestra

Sé persistente en la oracion

La historia de Ana en el templo es un poderoso ejemplo de fe, perseverancia y confianza en Dios. Ana anhelaba tener un hijo y su corazón estaba cargado de dolor debido a su esterilidad. Sin embargo, en medio de su aflicción, decidió buscar al Señor en oración.

En el templo, Ana derramó su corazón delante de Dios, orando con tanta intensidad que el sacerdote Elí pensó que estaba ebria. Pero Ana le explicó que no estaba ebria, sino que estaba afligida de espíritu y derramaba su alma delante del Señor. En ese momento, Ana hizo un voto al Señor, comprometiéndose a entregar a su hijo al servicio de Dios si Él le concedía la bendición de la maternidad.

La persistencia de Ana en la oración nos enseña sobre la importancia de buscar a Dios con fervor y sinceridad. Aunque las respuestas a nuestras peticiones pueden tardar en llegar, como en el caso de Ana, debemos confiar en la fidelidad de Dios y perseverar en la oración.

Así como nos enseña Santiago, recordemos que la oración eficaz del justo puede lograr mucho. Al igual que Ana, perseveremos en la oración con fe, sabiendo que el Señor escucha y responde conforme a su perfecta voluntad. Que nuestra persistencia en la oración esté fundamentada en la confianza en el poder transformador de Dios y en su fidelidad para con sus hijos.

Finalmente, Dios escuchó la oración de Ana y le concedió la petición de concebir un hijo. Ella lo llamó Samuel, que significa “pedido a Dios”. Esta historia nos recuerda que el Señor es quien da y quita bendiciones según su voluntad soberana.

Para cultivar la persistencia en la oración, es importante establecer un tiempo diario para buscar a Dios en oración, creando así una disciplina que fortalezca nuestra relación con Él. Además, podemos mantener un diario de oración para registrar nuestras peticiones y las respuestas que vayamos recibiendo, lo cual nos ayudará a mantenernos enfocados y a recordar las bondades de Dios. También es beneficioso rodearnos de una comunidad de creyentes que nos apoyen en oración, compartan nuestras cargas y nos animen a perseverar. Finalmente, recordemos que la persistencia en la oración no se trata solo de repetir palabras, sino de buscar a Dios con sinceridad, confiando en su soberanía y en su perfecta voluntad para responder a nuestras peticiones.

Hace unos años, atravesé un período de incertidumbre porque veía que todos me criticaban y se alejaban de mí por ser cristiano, lo que me llevó a buscar la dirección de Dios con persistencia en oración. Durante meses, clamé a Dios pidiendo claridad y paz en medio de la incertidumbre. Aunque en ocasiones sentí desánimo y muchas veces pensé en alejarme de Dios, decidí aferrarme a la promesa de que Dios escucha nuestras oraciones. Finalmente, después de perseverar en oración y confiar en el plan de Dios, experimenté la respuesta de Dios de una manera asombrosa. El plan de Dios era alejar a las personas que querían separarme de Él, brindándome la claridad y la paz que tanto anhelaba. Esta experiencia no solo fortaleció mi fe en la fidelidad de Dios, sino que también ”me recordó el poder trasformador de la perseverancia en la oración".

Oración:

Padre Celestial, gracias por el ejemplo de fe y perseverancia que nos brinda la vida de Ana. Ayúdanos a confiar en tu fidelidad y a persistir en la oración, sabiendo que Tú escuchas nuestras peticiones. Que nuestras vidas reflejen una entrega total a tu voluntad, así como lo hizo Ana al entregar a su hijo para tu servicio.

Que este devocional sobre la historia de Ana en el templo sea una fuente de inspiración para confiar en Dios y perseverar en la oración. Que podamos aprender de su ejemplo y buscar al Señor con todo nuestro ser. En el nombre de Jesús, amén.