El reinicio

En la actualidad, hay muchos cristianos que quieren rehacer su vida amorosa después de pasar por un divorcio o la pérdida de su cónyuge; pero no saben cómo hacerlo o si pueden darse la oportunidad de volver a amar. Debido a que existen muchas dudas al respecto, hemos creado la serie Renovando la esperanza en el matrimonio compuesto, con los pastores Nina y Carlos León, quienes nos abrieron sus corazones para contarnos su experiencia y compartir consejos según la perspectiva bíblica.

Los pastores explican que uno de los sentimientos más comunes después de una pérdida es la vergüenza, ya que el divorcio se ve como un fracaso y se cree que la persona es incapaz de formar una nueva familia. Sin embargo, la Biblia nos dice que debemos llevar nuestro dolor a Dios y dejar todo en Sus manos, y eso incluye la vergüenza.

El perdón de parte de la restauración

Una de las cosas primordiales es buscar la ayuda necesaria, ya que no se puede salir adelante si no se toma la decisión de dar el primer paso. La pastora Nina León explica que es vital «trabajar esas heridas que quedan después de una relación, con ayuda terapéutica, pero también entregando a Dios y perdonando».

La Biblia habla del perdón como un elemento necesario en la redención; por ejemplo, pedimos perdón a Dios y nacemos de nuevo gracias a ese perdón. De igual forma, debemos perdonar a quienes nos hieren cuando terminamos una relación amorosa. A veces, en ese perdón debemos incluirnos nosotros mismos y así evitar que la vergüenza nos haga creer en las mentiras de Satanás.

«El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos» (Proverbios 17:9 NVI).

Un nuevo comienzo requiere de trabajo

El pastor Carlos León es enfático en que la superación depende completamente de uno mismo. Si queremos salir adelante debemos ser proactivos para sanar y trabajar en nuestras fallas:

«[Debo pensar] qué cosas debo trabajar en mí para que la apertura a un reinicio pueda ser de bendición y no traiga más conflicto a mi vida» (Carlos León).

Este esfuerzo extra es necesario para no agrandar las heridas que ya tenemos y para prevenir causarlas a otros. Un corazón que no ha sanado no puede amar con libertad.

Recuerda que puedes rehacer tu vida en un matrimonio compuesto. El camino no será sencillo; pero si te aferras de la mano de Dios, todo es posible.