No Os ConforméisMuestra

La verdad es que todos, absolutamente todos nosotros estamos influenciados por diferentes moldes en nuestra vida. A lo largo de los años, recibimos influencia en nuestra forma de pensar que es parte del sistema anticristo, recuerda que esto no quiere decir que, debemos hablar acerca de demonios o diablos todo el tiempo, sino de conceptos, ideas o filosofías que van en contra del sistema de Dios, que es un sistema de la obra todo suficiente a favor nuestro en la Cruz del Calvario y manifestada para nosotros por medio de Su gracia.

Con el transcurso de los años, hemos sido moldeados por diversas influencias, pero al recibir la gracia divina, tristemente, aún arrastramos patrones de pensamiento erróneos. Nuestra labor actual consistirá entonces en transformar esos esquemas mentales negativos o destructivos, por aquellos que son correctos, que se encuentran en nuestro Señor Jesucristo y en Su obra completa en beneficio de la humanidad.

Yo suelo resumir esos moldes en tres, que no quiere decir que sean los únicos, pero son los que quiero compartir contigo: El molde familiar. Y con esto no quiero decir que debemos atacar a nuestras familiares o ancestros, por supuesto que no, entiendo perfectamente que la familia ha sido instituida por Dios, es decir, que es una idea de Dios.

De hecho, Dios en este nuevo pacto se nos ha revelado como Padre, por lo tanto, queda claro que Dios piensa en familias. Pero tristemente hay personas que su experiencia familiar ha sido dramática, y que no saben lo que es realmente vivir bajo un ambiente familiar sano y estable.

La buena noticia es que para todos los que es tamos en Cristo, Dios nos ha dado una nueva familia, Su familia (Efesios 2:19). Nuestros hermanos y hermanas en Cristo que están por todo el mundo. Compartimos una misma fe, somos hijos de un mismo Padre y templos de un mismo Espíritu. Obviamente no tenemos que estar de acuerdo en todo, pero sabemos que podemos contar con aquellos que creen lo mismo que nosotros, y eso no tiene precio. Aunque nuestra familia de sangre pudiera fallarnos, tenemos una familia espiritual que siempre estará ahí. Y eso es una buena noticia, ¿no crees?

Ahora, el punto aquí es que, aunque nuestra familia de sangre sea muy buena, y nuestros padres o abuelos, siempre hayan querido lo mejor para nosotros, no siempre nos han educado en un sistema correcto. Nuevamente, quiero dejar bien claro que no hablo de desechar todo lo que me hayan podido enseñar, ni tampoco estoy hablando de una falta de honra hacia ellos. Debemos honrar a nuestros padres, a nuestros mayores, ellos tienen un conocimiento que nosotros no tenemos, han vivido cosas que a lo mejor nunca experimentaremos.

Pero, y aquí sí necesito resaltar algo y tiene que ver con lo siguiente; si lo que me han enseñado va en contra del sistema de Cristo, va en contra del Reino de Dios, entonces necesito aprender a no permitir que ese molde se establezca en mi forma de pensar.

Si lo que nos enseñaron nuestros padres o ancestros van en contra de la realidad de la Gracia de Dios, pues debemos rechazarlo. Voy a honrarles, pero no a seguir pensando como ellos, ya que ese pensamiento es contrario a Cristo. No estoy hablando solamente que me hablen en contra de Dios, sino que hablo de pensamientos más sutiles, pero que nada tienen que ver con la realidad de nuestro Señor Jesucristo y de Su obra completa a favor nuestro. No debemos aceptar ese molde, sino que lo sustituimos por el molde correcto.