¿Por Qué Se Necesita La Autodisciplina?Muestra

Romanos también nos enseña que la autodisciplina es necesaria si queremos llegar a ser "hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Ro 8.29).
También, he comprendido con los años que nada se obtiene sin diligencia, trabajo, esfuerzo o esmero. Por esto es importante para nosotros sacar tiempo o invertir tiempo de calidad para reflexionar sobre la importancia de nuestras metas en Dios, porque las metas en Dios nos ayudarán en gran manera a mantenernos firmes en nuestro propósito inicial. Por tanto, hay cosas a las que hay que decirles “no”, y sin duda el Espíritu Santo va a inquietarnos, incomodarnos o estorbarnos. Es indispensable recordar que Él habita en nosotros y está dispuesto a facultarnos para observar una situación y decir “no” cuando sea necesario.

También a esta altura puedes estarte preguntando, Juan, ¿por qué se necesita la autodisciplina? Bueno, la Biblia asegura que es esencial para la piedad; sin ella seremos presa fácil de las asechanzas del diablo. Todos sabemos que Satanás es la mente maestra que está detrás del sistema que rige el mundo en el que nos movemos (1 Ti 4.7-8), y a menos que entendamos esto, nos será difícil descubrir las fuerzas que representan serios obstáculos para someternos gozosos a la voluntad de Dios y que, a la postre, determinarán nuestro destino en esta vida (1 Jn 2.15-17).

Por ejemplo, la Biblia nos advierte acerca de relaciones equivocadas que pueden alejarnos del plan de Dios. Por eso debemos preguntarnos: ¿Dónde están mis valores? ¿Qué es lo más importante: vivir como le agrada a Dios o vivir para mis pasiones y deseos, seducidos por el enemigo?

Ahora, como buenos atletas, siempre hay recompensas para quienes nos ejercitamos en la piedad, fruto de una sana autodisciplina. Al decir "sana", me refiero a una autodisciplina matizada por la gracia, porque sin este componente es muy fácil terminar en posturas rígidas o legalistas.

Estos son algunos beneficios de la autodisciplina:

• La vida es más ordenada y menos estresante. Dios quiere que vivamos con orden y rectitud, por lo que tendremos paz, confianza, plenitud y gozo.
• Hay creciente satisfacción con nosotros mismos al saber que honramos a Dios con nuestras metas y decisiones para alcanzarlas, tales como el crecimiento en nuestra relación con Cristo y nuestro sometimiento a la voluntad de Dios.
• Se nos abrirán puertas de oportunidad. Las personas que somos motivadas por metas o proyectos siempre vemos puertas abiertas en nuestro horizonte porque las personas a nuestro alrededor reconocen nuestra disposición para tomar la iniciativa con entusiasmo y dedicación.