¿Cómo Puedo Llegar A Ser Limpio?Muestra

«Peligro engañoso»

En el Salmo 119, el versículo 10 es de transición de la estrofa anterior, mientras que el versículo nueve establece la respuesta: «con guardar tu palabra». David claramente reconoce un peligro que asecha debajo de la superficie de todo corazón que busca a Dios.

Tal vez la mejor manera de ilustrar este punto, es considerar un vuelo. Navegar un avión entre dos lugares, requiere de dos puntos de referencia absolutos: la altura sobre el nivel del mar y la dirección del norte verdadero. Un altímetro, que es el instrumento que mide la altura, se calibra para medir al altura sobre el nivel del mar, puesto que la altura del terreno puede variar desde por debajo del nivel del mar a miles de metros de altura, sobre el nivel del mar. Antes de intentar un aterrizaje, el piloto necesita conocer la altura, calculada a partir de la altura sobre el nivel del mar de la pista de aterrizaje. A menos que esta altura se haya determinado con precisión, el piloto podría equivocarse y estrellar el avión.

No importa cuán preciso sea el altímetro, éste requiere de frecuentes ajustes para compensar los cambios en la presión barométrica, de lo contrario dará indicaciones falsas. Existe un punto de referencia absoluto (el nivel del mar) y un instrumento de precisión (el altímetro), sin embargo, se necesita hacer ajustes continuos para poder permanecer en curso.

La determinación de la dirección sigue un proceso similar. Existe un norte magnético y un norte verdadero. El norte verdadero es un punto de referencia absoluto. Una brújula magnética señala hacia el norte magnético, el cual siempre está separado del norte verdadero por unos cuantos grados. A pesar de la gran precisión que tiene una brújula electrónica, también requiere de ajustes continuos para dar una indicación que corresponda con el norte verdadero.

Nuevamente, tenemos un punto de referencia absoluto (el norte absoluto) y un instrumento de precisión (la brújula). Aun si el piloto ajustó la brújula el día de ayer, nunca llegará a su destino a menos que tome en cuenta constantemente que es necesario fijar la brújula para que señale hacia el norte verdadero. Al piloto nunca se le ocurriría estrellar el avión con una montaña, ni aterrizar en San Salvador cuando estaba tratando de llegar a Bogotá. Pero si este piloto deja de ajustar su altímetro y su brújula, de modo continuo para sincronizarlo con los puntos de referencia absolutos que se conocen, inevitablemente sufrirá un desastre.

¿Puede usted ver que nosotros enfrentamos la misma situación?