Dios no busca perfección, busca adoración.Muestra

La perfección viene del Dios que habita en nosotros.

Muchos de nosotros creemos que debemos estar preparados para buscar a Dios en adoración. Y es que pensamos que si las cosas no están como “deben estar”, si en la casa algo no anda bien o en el trabajo, la situación económica, la salud o el ministerio, entonces se nos hará imposible buscar a Dios en adoración.

Lo bueno es que tenemos un Dios tan maravilloso, tan perfecto, tan único, un Padre tan ejemplar que no necesita perfección en ningún área de nuestras vidas para aceptar o recibir nuestra adoración.

Y es que la adoración, más que cantarle una canción hermosa, más que alabarle por Sus grandezas y proezas, es rendirse, humillarse, reconocer que no somos perfectos, obedecer y tener comunión con nuestro Abba.

Si no, preguntémosle a David que tenía un corazón perfecto para Dios. Su vida era todo menos perfecta. Sin embargo, Dios le escogió para reinar sobre Su pueblo:

1 Samuel 13: 14: «Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre tu pueblo…”.

David era un hombre común y corriente como tú y yo, un hombre que fallaba al Señor continuamente. Se caía, pero sabía levantarse. Se desanimaba, pero reconocía que Su Dios era el Creador de universo, el único y verdadero Dios, y siempre volvía su rostro a Él en adoración.

Por muchos años fui “perfeccionista” y todo lo que hacía no podía tener errores, porque de ser así no me sentía satisfecha. Poco a poco sin darme cuenta, caí en ese círculo vicioso donde todo a mi alrededor debía ser perfecto sin importar el costo o quién se sentiría mal, y si las cosas no las hacía yo, no salían bien o no estaba bien.

Incluso en mis momentos de “adoración a Dios”, en mis momentos de servicio en la congregación, si las cosas no salían bien o como yo pensaba, me frustraba, porque no comprendía que Su gracia y poder podían perfeccionarse en mí y a través de mis imperfecciones.

Como lo dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 4:7: “Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros".

En este día quiero que se te quede grabado en tu corazón que la perfección no proviene de la vasija sino del Dios que habita en esa vasija.

Si tú eres como era yo, llena de inseguridades, llena de grietas y lejos de ser perfecta, en este devocional te invito a que poco a poco hagas un esfuerzo por soltar, que comiences a humillarte tal cómo estás y cómo eres, antes un Dios que saca belleza de nuestras cenizas y nos hace conforme a Su corazón.

Nos volvemos a encontrar mañana. ¡Bendiciones!