Devocional Del Día | AgostoMuestra

Dios mío

Salmos 22:1-3

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lejos estás para salvarme, lejos de mis palabras de lamento. Dios mío, clamo de día y no me respondes; clamo de noche y no hallo reposo. Pero, tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!

Es evidente que este salmo comienza con una escena inquietante, alguien que conoce y cree en el Señor clama en agonía a él sintiéndose desamparado, este sentir no se escapa mucho de la realidad que enfrentamos día a día.

¿Cuántas veces hemos sentido que la vida no tiene sentido y que por más que nos esforzamos parece que todo nos sale mal? Algunos, aun siendo cristianos de mucho tiempo, llegan a creer que están siendo objeto de alguna maldición. Y, por muy cristianos que seamos, siempre en nuestra vida habrá factores que nos afectarán negativamente haciéndonos sentir o pensar de la misma manera. Es por eso que debemos tener mucho cuidado ya que el enemigo de nuestra alma aprovecha estos momentos normales de sufrimiento para llenarnos de tensión y desesperación, porque él sabe que una persona tensionada y desesperada no piensa con claridad y está expuesta a equivocarse y fracasar. Es por eso, por lo que cuando todo parece salir mal recuerda que en las manos de Dios todo es para bien y todo tiene un propósito.

Medita: ¿Cuando te sientes triste o desamparado, clamas al Señor pidiendo refugio o reaccionas a tus sentimientos y emociones sin temer a equivocarte?