En Su PresenciaMuestra

Puertas cerradas

La voluntad de Dios es una de las peticiones más comunes durante nuestros tiempos de oración, sin embargo, es uno de los aspectos con los que más luchamos porque no siempre coincide con nuestras expectativas. Es fácil orar por un trabajo, una casa o una persona, pero es mucho más difícil pedirle a Dios que nos ayude a discernir Su voluntad, especialmente cuando entra en conflicto con nuestros deseos. Esta lucha a menudo surge porque nuestra visión está limitada por nuestras experiencias pasadas y aspiraciones personales. Sin embargo, la belleza de buscar la voluntad de Dios radica en confiar en Su plan, incluso cuando parezca un poco o muy diferente al nuestro.

Una de las cosas que más disfruto es el fútbol. Lo he jugado, disfruto ver otros jugar, y como es de esperar me encanta animar con pasión a mi equipo local. Sin embargo, algo que me llama la atención es cómo nuestra perspectiva como espectadores difiere de la de los jugadores en el campo. Lo que a nosotros nos parece un pase obvio en el juego puede pasar desapercibido para el jugador con el balón, esto es porque como espectadores tenemos una visión más completa del juego. Esto me da un ejemplo de nuestras vidas: a veces, estamos tan concentrados en lo que tenemos inmediatamente frente a nosotros que se vuelve difícil ver el panorama general y continuar hacia adelante.

Hace años decidí orar por las puertas cerradas en mi vida. Hubo un momento en mi vida en el que abandoné por completo muchas áreas y oportunidades que parecían ser la jugada correcta. Sin embargo, mi perspectiva estaba limitada por mi posición en la vida y, en muchos casos, por mi frustración, dolor y anhelos. Recuerdo pedirle a Dios, por favor cierra todas las puertas que no sean tuyas, ¿y adivina qué? Él lo hizo; Fue una temporada de entrega y de creer que quien me guiaba tenía un conocimiento más amplio que el mío. Entendí que el mismo Dios que quiere que prosperemos y seamos bendecidos es el mismo que quiere mantenernos alejados de caminos destructivos.

En Mateo 16:19, Jesús le da a Pedro las llaves del reino de los cielos y le dice: “Todo lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatares en la tierra quedará desatado en los cielos”. Para mi este versículo es una invitación a orar no sólo por puertas abiertas sino también por liberación, desataduras y puertas cerradas a lo que no es de beneficio para nosotros.

En nuestra vida diaria usamos llaves para abrir y cerrar puertas; Las puertas con cerradura brindan protección cuidando lo que está dentro de un lugar minimizando los riesgos. Cada vez que cerramos, establecemos que es necesario proteger algo de valor y, en nuestro caso, nuestro propósito, nuestro futuro, requiere de cuidado. En Proverbios 4:23, Dios nos instruye a guardar nuestro corazón, sobre todo; Cuidar nuestro corazón también incluye orar para que Dios cierre las puertas que pueden crear desvíos innecesarios, cerrando puertas de amistades que no nos están ayudando a construir la vida que Dios nos llamó a vivir, cerrando puertas de planes que solo retrasarán lo que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros.

Hoy te invito a orar por puertas cerradas con tanto fervor como oramos por puertas abiertas. Ora para que Dios te dé el valor de decir: Dios, no solo quiero lo bueno y abundante, sino que también quiero el camino que, aunque sea un poco incómodo me llevara a mi verdadera libertad; Quiero que cierres puertas a lugares por los que no debo entrar, que cierres puertas a oportunidades que en mi mente pueden sonar perfectas pero que no son parte de tu perfecto plan.

Recuerda que el plan de Dios para tu vida es mejor que el tuyo y Sus caminos son siempre más elevados que los nuestros.