Viviendo con IntegridadMuestra

El tiempo de prueba de Job aún no termina. Su mujer le dijo: "¿Aún retienes tu integridad?", y le sugirió maldecir a Dios y morir. Podríamos pensar que era una mujer mala, o como Job la llamó, "Fatua". Job había sido reducido completamente hasta ser detestable físicamente para su esposa, quien al parecer ya estaba cansada y desesperada por la situación de Job. ¿Qué hubieras hecho tú en esta situación? ¿Qué haces en los tiempos complicados? ¿Re desesperas, ofendes, gritas, te pones serio, privas a tu familia de tu compañía, te desahogas con vicios? ¿Qué hacas tú?

Como decimos en nuestro folclore mexicano, si no me llueve, me llovizna. Llegaron tres amigos a visitar a Job. La condición de Job era tan mala que al verlo, no lo reconocieron. Lloraron a gritos, rasgaron sus mantos y esparcieron polvo sobre sus cabezas durante siete días y siete noches sin hablar, hasta que Job exclamó la congoja de su dolor. Entonces, entraron en una disertación tan profunda que podríamos decir que eran hombres sabios, pero desafortunadamente, cada uno de ellos no soportó las palabras de justificación, angustia, desánimo, tristeza y desesperación de Job, y lo acusaron de maldad. Perdieron de vista su propósito, que era condolerse y consolarlo.

Oración: Señor, perdóname si no he sido paciente con las personas atribuladas. Si en los tiempos difíciles no he tenido misericordia y me falta amor y compasión por ellos. Ayúdame a guardar las palabras de mi boca, porque está escrito que en las muchas palabras no falta pecado. Pon guarda en mi boca y que la meditación de mi corazón te honre. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.